De acuerdo con Rodríguez, el programa permite a los ganaderos adquirir ejemplares de alta genética mediante un sistema de pagos flexibles, similar al que revolucionó el acceso a los televisores de pantalla plana o los celulares, que cuando salieron eran más costosos y con el paso de los años se han vuelto más asequibles.
«Era como lo que pasaba antes, que un televisor pantalla plana era tan costoso, que si te tocaba pagarlo de contado, nadie tenía para poderlo comprar. Era un artículo de lujo. Pero cuando el televisor de pantalla plana se volvió un artículo que lo puedes pagar en 12 meses, ¿qué pasó? Ahora todo el mundo tiene un televisor de pantalla plana», describió. (Lea en CONtexto ganadero: Ganadores del sector agropecuario en 2023: Colganados y la genética bovina colombiana)
Esta analogía ilustra cómo la innovación en los métodos de financiamiento puede democratizar el acceso a tecnologías y recursos antes considerados de lujo. Así explicó la filosofía detrás de la innovadora propuesta:
«Como empresas nosotros tenemos una responsabilidad muy grande con el con el mundo y con los productores, y es realmente facilitar el acceso a lo mejor, y que no sea solamente algo que le llega a los grandes o a los que tiene el poder adquisitivo, sino cómo nosotros podemos facilitar a través de herramientas financieras o flexibilidad que el pequeño productor también pueda tener lo mejor de lo mejor».
Este enfoque innovador no solo facilita el acceso a la genética superior, sino que también elimina barreras logísticas para los productores en zonas remotas. Colganados se encarga de todo el proceso, desde la concepción hasta la entrega del animal vivo, asegurando que los beneficios del programa alcancen a ganaderos en todo el territorio nacional.
«El ganadero puede configurar el animal que quiere con la genética que quiera, con el pedigrí que quiera, las razas que quiera, de la actitud lechera o cárnica que quiera. Lo empezamos a fabricar y en un periodo objetivo de 12 meses se le entrega su ternera, su cría nacida viva, para que empiece su proyecto productivo. Esa es nuestra forma de fomentar, que lo puedan pagar a cuotas, sin ningún tipo de sobrecarga ni recargo de interés».
Y añadió: «Es más, se entrega la ternerita nacida viva, porque hay mucha gente que quiere hacer cosas, pero que no tiene las receptoras o que viven muy lejos. Nosotros en nuestras receptoras ponemos las crías, hicimos una fábrica de hacer terneros y ha sido todo un éxito. Para nosotros es muy satisfactorio ver proyectos ganaderos que iniciaron con nuestra genética en este programa».
El éxito del programa ha llevado a Colganados a expandir su oferta. En su cuarta edición, «Sueño sin límites» amplió sus opciones para incluir embriones y preñeces, adaptándose a las necesidades de ganaderos más establecidos que buscan mejorar sus hatos existentes. (Lea en CONtexto ganadero: Genética bovina colombiana es cada vez más apreciada en el exterior)
Rodríguez enfatiza que no hay límites en la cantidad de productores que pueden beneficiarse, pues como dicen en su empresa, «el límite es el cielo» y para ellos lo más importante es que cualquier persona, sin importar su origen o sus condiciones, pueda desarrollar el proyecto productivo con el que soñó y encuentre en Colganados un apalancador para lograr este objetivo.
Pero Colganados va más allá de la simple venta de genética. La empresa ha desarrollado un ecosistema de apoyo integral que incluye asesoría técnica, programas de capacitación y plataformas de difusión de conocimiento. Entre estas iniciativas destacan el programa «Total ReproGEN», los conversatorios en Instagram Live y la «Master Class de emprendimiento ganadero».
«Ya hemos graduado casi doscientos proyectos productivos de más del master class de más de diecisiete países, imagínate. Entonces, hemos tenido unos días de diecisiete países y nos sentimos muy orgullosos de esa labor que hemos hecho, porque hemos realmente transformado vidas, realmente hemos transformado proyectos», aseguró.
El impacto de «Sueño sin límites» se extiende por todo Colombia, desde Nariño hasta la Costa Atlántica, e incluso ha generado interés en países vecinos como Venezuela y Ecuador. En sus cuatro ediciones, el programa ha entregado cerca de 300 terneras, beneficiando principalmente a pequeños productores que adquieren entre una y cuatro cabezas de ganado.
«Cuando uno se desprende del bien individual y quiere servir, no se alcanza a imaginar el bien que hace a los demás. Cuando uno se desprende del ego, del servirse a sí mismo, del reconocimiento, es mucho lo que se puede hacer por mejorar la humanidad. ¿Qué es lo que hacemos nosotros en Colganados? Aplicamos dos teorías: Ayudar a todo el mundo porque cuando la marea sube todos los barcos suben. Y la segunda, no se trata de nosotros, se trata del productor, sea pequeño, mediano o grande. Todos cabemos en un mismo país, simplemente hay que crear los escenarios donde todos nos juntemos», concluyó Rodríguez.