El primer foco del virus apareció en Tame, Arauca, y fue reportado por el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri Valencia, en la mañana del sábado 24 de junio. Un mes después, se han confirmado 3 brotes más y hay temor de que sigan apareciendo más casos. Lo que comenzó como un hecho fortuito, rápidamente minimizado por el jefe de la cartera agropecuaria, se ha convertido en una terrible crisis para el sector ganadero, que apenas comienza a ver los efectos de no uno, sino 4 focos de fiebre aftosa. El primero ocurrió en el municipio de Tame, Arauca, una región vulnerable declarada Zona de Alta Vigilancia sanitaria (ZAV). Esto se debe a su proximidad con la frontera de Venezuela, un país que todavía está inundado por la enfermedad y no cuenta con un plan de vacunación, como sí lo tiene Colombia desde hace 20 años. Dos semanas después, cuando parecía que la emergencia ya se había superado, se reportó un segundo brote en Yacopí, municipio de Cundinamarca, en pleno centro del país. (Lea: “Pueden haber más focos de aftosa si Gobierno no actúa a tiempo”: Lafaurie)
Una semana más tarde, se confirmaron otros 2 focos del virus, uno en el corregimiento de San Faustino de la ciudad de Cúcuta, capital de Norte de Santander, y otro en Tibacuy, también en Cundinamarca. Los antecendentes En la mañana del sábado 24 de junio, el ministro Iragorri, acompañado por el gerente del ICA, Luis Humberto Martínez Lacouture, anunció el primer caso de fiebre aftosa en 8 años, una enfermedad que se creía erradicada del país. En efecto, el último brote se presentó en 2009 en Ipiales, Nariño. Ese mismo año, gracias al esfuerzo de más de 15 años de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, y el Fondo Nacional del Ganado, FNG, Colombia obtuvo la certificación de país libre de la enfermedad. Este logro se gestó desde 1993, cuando se logró la promulgación de la Ley 89, que dio origen a la cuota parafiscal encaminada a desterrar el virus. Luego vino la Ley 395 de 1997, que declaró como prioridad sanitaria la erradicación de la fiebre aftosa. Al año siguiente comenzaron las campañas de vacunación contra aftosa y brucelosis, un programa ideado por Fedegán y el FNG para inocular a todo el hato ganadero del país. Al cabo de 24 ciclos, el país obtuvo el estatus libre de parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE. Desafortunados anuncios Sin embargo, con el reporte del primer brote, la OIE ordenó la suspensión del estatus mientras que no se confirme que el virus ha sido erradicado. (Lea: Efectos del brote de Aftosa en Arauca) A este lamentable hecho le siguió la noticia de que varios países prohibirían las exportaciones de productos cárnicos y lácteos de Colombia, que si bien era esperada, no dejó de ser una desagradable sorpresa. En total, fueron 6 países los que negaron la entrada de productos, entre estos Chile, Ecuador, Panamá, Perú, Curazao y Rusia, nuestro mayor importador de carne. Tan pronto se conoció el caso de Tame, el ICA comunicó que ya habían tomado las medidas pertinentes, que incluyeron el sacrificio de los 136 animales y la puesta en cuarentena del departamento de Arauca y los municipios de Hato Corozal y Paz de Ariporo, en Casanare. De acuerdo con su gerente, en 3 meses la OIE volvería a otorgar al país el estatus libre de la enfermedad, probablemente no a todo el territorio que había antes pero sí a una gran parte, pues solo la frontera venezolana estaba amenazada. No obstante, el lunes 10 de julio vino el segundo anuncio: un foco de aftosa en Yacopí, Cundinamarca, en el corazón del Magdalena medio, que es una de las regiones ganaderas más importantes de Colombia. La enfermedad se dio en 136 animales de 8 predios, ubicados en 3 veredas del municipio. Estos sectores están bastante apartados y solo se puede acceder a ellos, caminando o en moto. En esta ocasión, el ICA ordenó la cuarentena preventiva por un mes para varios municipios de 4 departamentos, a saber: Yacopí, Caparrapí, La Palma, Topaipí y Puerto Salgar (Cundinamarca), La Dorada (Caldas), Puerto Triunfo, Puerto Berrío, Puerto Nare y Sonsón (Antioquia), la parte baja de Cimitarra y Bolívar (Santander). “El protocolo va a ser muy similar al que se adelantó en Arauca, que hasta el momento ha dado unos resultados satisfactorios, ya que no se han detectado nuevos brotes en esa zona del país”, aseveró el gerente de la entidad, Luis Humberto Martínez. Después, el pasado martes 18 de julio, se confirmaron 2 nuevos brotes. El tercero se presentó en San Faustino, corregimiento de Cúcuta, en un predio ubicado a 300 metros de la frontera. Allí, durante una inspección a un camión, un funcionario del ICA se percató de 2 animales infectados por la enfermedad y retuvo el vehículo. Según Iragorri, dicha explotación entraría a formar parte de los procesos de investigación que se adelantan contra bandas dedicadas al contrabando. Si bien se encuentra en suelo colombiana, pertenece a una ‘zona de protección’, por lo cual no afecta el estatus libre de vacunación. “Ese predio, seguramente lo irá a confirmar la investigación, pero es uno de los puentes que están utilizando para ingresar contrabando a Colombia”, reveló el Ministro. (Lea: Urgente: Confirmado nuevo brote de Aftosa en Colombia) El cuarto se dio en Tibacuy, a 270 kilómetros al sur de Yacopí. Al parecer, propietarios de un predio del primer municipio son familiares de unos productores en Yacopí, por lo que se presume que el contagio del virus viene por esa relación. Ante esta situación, el ministro Iragorri anunció que todos los animales que sean transportados sin guía de movilización, serán sacrificados. Fedegán había hecho la advertencia El presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, José Félix Lafaurie, ya había advertido que ocurrirían focos de la enfermedad debido a las falencias presentadas en la vigilancia de la frontera y la ejecución del ciclo. La primera vez lo dijo hace un año, en el marco de la 13 reunión de la Comisión Hemisférica para la Erradicación de la Fiebre Aftosa, COHEFA. Allí señaló que el estatus sanitario del país estaba en riesgo por cuenta de las decisiones del Ministerio. “Sentí que era mi obligación dejar una constancia ante la comunidad internacional que nos apoyó para alcanzar dicho estatus, el cual, como consecuencia de la liquidación del Fondo Nacional del Ganado, está serio en riesgo”, declaró. En efecto, a finales de 2015, el Gobierno le arrebató al gremio cúpula de la ganadería, la administración del FNG, con el cual ejecutaba las campañas de vacunación. Luego, en mayo de 2016, ordenó su liquidación, echando al traste el trabajo de más de 20 años y los logros alcanzados por el equipo técnico y humano del Fondo. Entonces, el Programa de Erradicación de la Fiebre Aftosa quedó en manos del Ministerio y de la Cuenta Nacional de Carne y Leche, nombre que se le colocó al nuevo fondo parafiscal. (Lea: Última hora: confirman 2 focos más de aftosa en el país) Ante el anuncio del primer foco, el presidente de Fedegán confirmó sus temores y lamentó lo sucedido, pues con este hecho se perdió la continuidad de 8 años consecutivos sin presentación de un brote en el territorio nacional. “Pésima celebración de los 20 años del Programa de Erradicación de la Fiebre Aftosa, el que por cuenta de un manejo irresponsable se pongan en riesgo 2 décadas de trabajo y de aportes que ya pueden alcanzar $700 mil millones”, lamentó. Luego, con el segundo foco, advirtió que si el Ministerio de Agricultura y el ICA no reforzaban los controles, seguirían ocurriendo más casos en todo el país, como los de San Faustino y Tibacuy. “Yo tengo la plena certeza de que, como el nivel de desprotección del hato, por malas campañas de vacunación, porque no se siguieron con los protocolos con los cuales se habían hecho durante casi 20 años, y como ha venido mucho ganado de Venezuela, ¡ojo! Pueden haber más focos de aftosa”, sentenció apenas 5 días antes de presentarse los últimos 2 brotes. Consecuencias para el país No solo se perdió el estatus de país libre de la enfermedad, sino que también el cierre de mercados traerá graves secuelas para la ganadería y la economía de Colombia. A nivel local, los productores dejarán de percibir ingresos porque no pueden vender sus ganados debido a la cuarentena, ocasionando pérdidas superiores a los $25 mil millones solo en Arauca y Casanare, los primeros afectados por el virus. A nivel internacional, los exportadores dejarán de enviar sus productos y sus animales en pie a otros países. Con estos hechos, el Gobierno tendrá que abandonar su propósito de aumentar las ventas de carne al exterior, que planeaba pasar de USD $44 millones a USD $445 millones en 2018. Por ahora, el presidente de Fedegán puso a disposición del Gobierno el equipo técnico que logró la certificación del estatus sanitario, para hacer una evaluación e implementar las medidas necesarias con el fin de erradicar nuevamente el virus.