La concentración será en el Parque del Cementerio San Miguel a partir de las 4:00 de la tarde, lugar donde los habitantes de la bahía exigirán mayores acciones frente a delitos como la extorsión y el secuestro.
Bajo la consigna ‘El Magdalena rompe su silencio’, los habitantes del departamento y de su capital, Santa Marta, se darán cita a las 4 de la tarde en el Parque del Cementerio San Miguel, para movilizarse de forma pacífica y hacer sentir su voz de indignación con el Gobierno Nacional, que, según indican, no ha sido diligente con las quejas que tienen los magdalenenses en materia de seguridad. (Lea: Inseguridad golpea a ganaderos y palmicultores)
Son varias razones las que motivaron la movilización, siendo los recientes secuestros a empresarios de la región y la reaparición de la extorsión de la que están siendo víctimas comerciantes, ganaderos y agricultores, los principales reclamos sobren los que buscan llamar la atención del Estado. Los habitantes de esta zona del país expresan de forma unánime que estas acciones están repercutiendo de forma negativa en la población civil, entre la que se ha instalado la zozobra y el temor.
En su más reciente editorial, el diario regional El Informador del Magdalena les pide a todos los samarios no callar más y salir a las calles para que el país sea testigo y conozca la grave situación que están atravesando. (Lea: Cayó banda dedicada al secuestro de ganaderos araucanos)
“Tenemos que hacernos sentir; tenemos que salir y romper las cadenas del silencio; tenemos que defender nuestro derecho legítimamente consagrado en la Carta Política y Constitucional de Colombia, a la vida, a la honra y a la seguridad y que ahora es violado con la anuencia del Estado y de la autoridad departamental y local; tenemos que hacernos sentir ante Colombia para que los ojos y los oídos de los medios de comunicación social nacional miren al Magdalena y a Santa Marta en su verdadero estado de postración y olvido”, reseña el documento.
Una fuente cercana a este diario y quien por seguridad pidió que no fuera reseñado su nombre, aseguró que los índices de violencia son cada vez más altos, no solo en Santa Marta, sino en todo el departamento. Además afirmó que los encargados de este aumento considerable en la inseguridad son bandas de delincuencia común. (Lea: “Por cada vaca nos toca pagar una cuota”: ganaderos extorsionados)
“Es muy importante que nos movilicemos porque así se deja un precedente y llamamos la atención de la fuerza pública, que aunque ha aumentado en número de hombres, no logra que se vean sus acciones”, sostuvo la persona consultada por CONtexto Ganadero.
En las movilizaciones también participarán los comerciantes afiliados entidades como la Asociación Cívica de Empresas de Santa Marta y Magdalena, Asocie, y la Unión Nacional de Comerciantes, Undeco, quienes también aprovecharán para pedirle al Gobierno una solución de fondo a la violencia en la que se tenga en cuenta la inversión social y se genere empleo. (Lea: "Ya no podemos más": ganaderos de Puerto Berrío por extorsiones)
La inseguridad también afecta a los palmicultores
Hasta la vereda El Toro, en San Carlos de Guaroa, Meta, llegó el pasado 3 de marzo un grupo de personas armadas quienes irrumpieron en una finca, a altas horas de la noche y lanzaron artefactos explosivos que produjeron la incineración de 3 tractores, daños considerables a dos de ellos, así como otras afectaciones en la casa y la bodega de provisiones. Los daños se avaluaron en $400 millones.
“Lamentamos el actual deterioro de la seguridad en el país, y de nuevo le solicitamos al Gobierno nacional que adopte las medidas necesarias para mejorar las condiciones que permitan desarrollar la actividad del agro adecuadamente”, expresó en un comunicado de prensa Jens Mesa Dishington, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma. (Lea: Fedepalma pide al Gobierno mejorar condiciones de seguridad)
Sin embargo, no son los únicos hechos que se están presentando en el país, este diario ha revelado en repetidas ocasiones casos de extorsión, boleto, abigeato y amenzas contra productores pecuarios, por lo que la percepción de la seguridad sigue en franco deterioro.