Ese fue el análisis al que llegó Hugoberto Huertas, funcionario de Fedegán en Casanare, quien aseguró que entre el departamento y Arauca hay más de 3 millones de hectáreas, espacio en el que pastorean más de 2 millones de bovinos, el cual se podría convertir en la primera zona de cría del país.
Sucesos climáticos que se registraron en los primeros meses de 2014 afectaron la vida de los casanareños, especialmente en el municipio de Paz de Ariporo. En dicha población se vieron escenas de mortandad de reses, peces, chigüiros, babillas y tortugas, ya que los pozos naturales y cañadas se secaron ante la fuerza con la que golpeó la sequía en la región. (Lea: Casanare no quiere repetir errores del pasado en materia ambiental)
Esta situación desencadenó un cambio en la forma de concebir al Casanare por cuenta de las actividades académicas que se vienen adelantando. Diversas entidades, empezando por la Gobernación y la Secretaría de Agricultura, quieren apostarle a un desarrollo de la región de forma sostenible, amigable con el medio ambiente y con planes claros en favor de la protección de los ecosistemas.
Hugoberto Huertas, profesional de Proyectos Estratégicos de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, en Casanare, adelantó un análisis sobre la importancia que tienen las sabanas inundables en la región, espacios que pueden llegar a convertirse en dinamizadores de la economía pecuaria de Arauca y de Casanare. (Lea: Sabana del Casanare sufriría las consecuencias de El Niño)
Huertas explicó que Arauca y Casanare cuenta con 5 millones de hectáreas de sabanas inundables de las cuales 3.4 corresponden a praderas nativas. En ese espacio, según cifras del primer ciclo de vacunación contra fiebre aftosa de 2014, de 2 millones 344 mil 395 cabezas de bovinos, el 70 % pastorean en este tipo de ecosistemas.
“Esos millones de hectáreas de sabanas inundables puede convertir a la región en la primera zona de cría de Colombia y la primera abastecedora de novillos para ceba en el piedemonte. Sin embargo, los bajos indicadores reproductivos (42 %) se convierten en una gran debilidad, debido a la administración extensiva de praderas y las fallas en el manejo de animales; mientras que la suplementación mineral es escasa o ausente y son pocos los productores con formación empresarial”, señaló el funcionario. (Lea: Animales silvestres, ¿quién los protege de El Niño?)
Ante lo expuesto por Hugoberto Huertas, Alexy Duarte, secretario de Agricultura del Casanare, aseguró en diálogo con CONtexto Ganadero, que es urgente pensar en un ordenamiento productivo, donde se protejan las áreas de alto valor como son los morichales.
Para el jefe de la cartera agrícola es vital desarrollar un modelo bovino extensivo, en el que se introduzca tecnología, desarrollando y mejorando las condiciones de alimentación de los animales y permitiendo que exista una adecuada interacción entre la fauna nativa y las actividades pecuarias. (Lea: Ganaderos piden compensaciones económicas a petroleras)
“Tenemos un departamento con un ecosistema de alto valor y muy especial que es el de sabana inundable que todos sabemos y consideramos que debemos proteger y, segundo, definir y determinar un modelo de desarrollo productivo sustentable en favor de la conservación de los recursos naturales para poderlos aprovechar sosteniblemente”, argumentó el funcionario.
Ante lo expresado por el secretario de Agricultura, Huertas propone algunas medidas a corto, mediano y largo plazo, las cuales están orientadas a lograr un mayor número de cría por cada 100 vacas (en la actualidad se logran 42 crías es decir 2.2 vacas/cría; el manejo de la estacionalidad de la monta es fundamental para este propósito). Lograr mayor peso al destete mejorando el manejo de praderas nativas e introducidas, junto con una adecuada regulación de aguas; esto equivale a mayor producción de carne por hectárea en la fase de cría. “Los propósitos serán exitosos cuando el productor adquiera conciencia empresarial y competitiva”, concluyó el funcionario de Fedegán. (Lea: Fedegán continúa con charlas para afrontar sequía)
Frente a lo propuesto por Huertas y la necesidad que tiene el departamento en volver más sostenibles sus actividades agropecuarias, Alejandra Rueda Zárate, investigadora de Instituto Geográfico Agustín Codazzi, analizó las dinámicas agroindustriales de la región y concuerda con lo manifestado por Alexy Duarte, ya que a su juicio es necesario aprovechar mejor la ganadería que está en las zonas inundables de la Orinoquía.
“Con las nuevas dinámicas observadas y esperadas para esta extensa zona de la altillanura, la ganadería deberá experimentar profundos cambios técnicos, organizacionales e industriales, pero también tendrá que ceder espacios a otras producciones con mayor ventaja natural como, por ejemplo, las forestales en las zonas de serranía. Ejercicios experimentales han podido validar como mientras en un esquema tradicional de explotación típico de la altillanura se obtienen 128 Kg/ha/año de carne, ese quantum puede desplazarse hasta casi 600 kg mediante modificaciones manejables en los sistemas de alimentación”, expresó Rueda Zárate.