Cormacarena pide a las alcaldías activar los Planes Municipales de Gestión del Riesgo, Planes de Contingencia y Estrategias Municipales de Respuesta a Emergencias, con el fin de atender la situación climática por la que atraviesa el departamento.
El llamado de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área Manejo Especial La Macarena, Cormacarena, fue hecha luego que el IDEAM anunciara la primera temporada de lluvias para el país, y la necesidad de ajustar los protocolos de atención a causa de las medidas que el Gobierno Nacional implementó para mitigar la propagación de la COVID-19. (Lea: Comienza transición de época seca a la de lluvias)
Igualmente, se invita a las entidades territoriales para que con el apoyo de los Consejos de Gestión del Riesgo busquen estrategias para la revisión oportuna de cauces, hacer monitoreo de los niveles de ríos, en especial a los que históricamente han presentado desbordamientos, o generado deslizamientos e inundaciones durante este periodo del año.
Entre las peticiones de la autoridad ambiental está el no arrojar basura a ríos, quebradas, y sumideros; promover jornadas de limpieza para los canales o canaletas; recolectar los residuos sólidos y verificar el estado de los techos de las viviendas de manera que puedan soportar los vientos fuertes.
El aumento de las precipitaciones, característico de esta temporada, podría ocasionar crecientes súbitas, por ello, las poblaciones ubicadas cerca a afluentes, deben estar atentos a las alertas emitidas, las recomendaciones hechas por la Corporación y a reportar cualquier eventualidad a los entes competentes. (Lea: Empezó la temporada de lluvias en Antioquia)
Finalmente, Cormacarena les pide a las empresas de servicios públicos, a las entidades territoriales y a la ciudadanía en general a aplicar estos protocolos, con el objetivo de minimizar las afectaciones que puede ocasionar esta temporada de lluvias.
Alerta por caracol gigante africano
Este caracol se encuentra entre los 100 animales exóticos invasores más dañinos del mundo, según la lista elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y puede generar graves problemas a la salud pública al proliferar enfermedades en el sistema nervioso central como la meningoencefalitis eosinofílica y digestivas como la ileocolitis eosinofílica.
La forma de contagio de estas enfermedades puede producirse al consumir moluscos o mediante el contacto directo con la baba o heces del caracol a través de los ojos, nariz o boca; por lo que evitar su consumo y lavarse las manos de forma inmediata luego de tener contacto con ellos, es primordial. (Lea: Conozca los peligros del caracol gigante africano)
Además, se le conoce por alimentarse de más de 800 clases de plantas; lo que la convierte en un riesgo para la producción agrícola del Meta, pues gran parte de los productos que se cultivan en la región son susceptibles de ser devorados por estos caracoles; la papaya y los cítricos estarían dentro de los alimentos amenazados, por lo que controlar su reproducción es de vital importancia.
Dado que no tiene depredadores naturales que controlen sus ciclos de reproducción, se propaga y desplaza fácilmente las especies nativas de caracoles propias de la región, lo que genera un desequilibrio en el ecosistema. Cormacarena advierte que estos animales son de crecimiento acelerado y resistentes a condiciones ambientales adversas, por lo que no puede existir confianza al momento de tomar medidas para su control.