Argumentó que aunque la clandestinidad es una competencia directa de la Policía Nacional, desde la cartera departamental se vienen haciendo permanentes controles a los expendios para que desde allí no se comercialicen cárnicos provenientes de potreros o faenados sin las condiciones sanitarias exigidas.   “Cuando se logran incautar canales de res, el problema que tenemos es la disposición final del producto debido al alto costo que tiene manejar ese residuo especial. De hecho, ni las autoridades ni las instituciones tienen infraestructura para almacenar carne, en ese sentido tenemos una gran dificultad, pero cuando se hallan cárnicos de dudosa procedencia se hace el operativo y cumplimos con lo que ordenan las normas”, apuntó.   En tanto, Paula Hernández, ganadera quindiana y conocedora del sector, aseguró que aunque sí se presentan casos de sacrificio clandestino de bovinos, la principal dificultad que tiene el departamento es el faenado clandestino de aves y cerdos, hechos que se presentan con más frecuencia, ya que por ser animales de menor tamaño es más sencillo que los productores adelanten esas prácticas ilegales. (Lea: En San Juan del Cesar sufren con el abigeato y el sacrificio clandestino)   Destacó el papel que vienen adelantando las autoridades locales, que están haciendo controles constantes para combatir ese flagelo, pero les cuesta llegar hasta los potreros o fincas en las que puede llevarse a cabo el delito.   “Por ejemplo, hay un productor de cerdo y les avisa a sus vecinos que va a sacrificar un animal para que le compren la carne, así se vende el producto y cuesta más controlar el sacrificio clandestino. Mientras que con un bovino es más complicado vender todo el cárnico en un solo lado”, argumentó.   El Comité Departamental de Carne seguirá adelantando acciones que conlleven a combatir el beneficio ilegal de animales en Quindío. (Lea: Caldas reactiva comité para vigilar el sacrificio clandestino)