Ganaderos de los municipios del área 5 de Cundinamarca trabajan para que sus hatos sean certificados como libres de brucelosis y tuberculosis, enfermedades zoonóticas y de control oficial.   En lo corrido de 2015 se han realizado 9.713 pruebas de tuberculina a animales de aproximadamente 240 predios certificados como libres de la patología, y 7.963 pruebas de brucelosis a reses de por lo menos 398 fincas certificadas del área 5 del departamento lechero.    De esta forma, más de 17 mil reses de la zona permanecen libres de ambas enfermedades, con lo que se reducen las posibilidades de que leche y carne reporten presencia de estas. (Lea: Toda finca ganadera requiere de un plan sanitario)   Las pruebas fueron hechas en predios de Zipaquirá, Nemocón, Tocancipá, Cogua, Tausa, Suesca, Sesquilé, Villapinzón, Chocontá, Guaduas, Guatavita, Sopó, La Calera, Pacho, Supatá, San Cayetano, La Palma, Topaipí, Yacopí, Cajicá, Villagómez y Chía, donde el Comité de Ganaderos del Área 5 proyecta que 100 % de las fincas de la región sean certificadas como libres de tuberculosis y brucelosis.   Andrés Rojas, médico veterinario-zootecnista y coordinador del organismo de inspección del Comité, manifestó que el control sanitario de los animales se ha convertido en interés de la entidad, sobre todo en predios de pequeños y medianos ganaderos que requieren ayuda.   Por tratarse de enfermedades zoonóticas, dijo Rojas, requieren un manejo especial, y los productores asesoría profesional, la cual proporcionan como apoyo del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA.   Para cumplir con las metas propuestas buscan recursos económicos en alcaldías y demás entidades. Según el médico veterinario, han encontrado apoyo en varias de ellas, y por ello pudieron financiar las pruebas de las patologías hechas a más de 17 mil animales solo en 8 meses.   “Buscamos convenios con alcaldías para ayudar a los pequeños ganaderos que necesitan certificarse. Se hacen las primeras pruebas y a los 6 meses las otras y luego se pasa al ICA todo para que se certifiquen o rectifiquen los predios”, explicó. (Lea: Mujeres ganaderas de Guatavita producen leche de alta calidad)   Esteban de Jesús García Camargo, profesional en Zipaquirá en Gestión Productiva y Salud Animal del Fondo Nacional del Ganado, FNG, dijo que antes de que se hagan las pruebas de tuberculosis y brucelosis se sensibiliza a los productores de la importancia de certificar sus hatos, labor que no es fácil en la actualidad, ante el descontento de los ganaderos con el pago por litro de leche.   “Los ganaderos dicen que no sirve certificarse, que les pagan igual así tengan o no el documento y no tienen dinero para hacer las pruebas, pero les hablamos de que se trata de 2 enfermedades zoonóticas y se ha logrado el mejoramiento de los predios”, anotó García Camargo, al asegurar que se paga $56 mil por animal si se realizan ambos exámenes, lo que es valor difícil de asumir para los pequeños y mediados productores.    Por eso, Rojas resaltó que la atención la dirigen a los ganaderos con más necesidades, con lo que se ha logrado preservar el estatus sanitario de la cuenca lechera.