Los productores del departamento están alarmados por las lluvias de junio y julio, que tradicionalmente eran época de verano. En cambio, las continuas precipitaciones han traído graves problemas, como la aparición de gusanos en los pastos. Manuel Gregorio Zapata, ganadero ubicado en el municipio de Unguía, contó que el exceso de agua en las últimas semanas ha traído consigo la abundancia de gusanos cogolleros en los potreros y se está comiendo el forraje. “Muchos de los tenedores han tenido que vender mucha parte de los ganados para dejar que se recupere el pasto y tratar de sobrevivir con lo poco que queda”, explicó el productor. (Lea: Ganaderos del Chocó piden recursos para proyectos a favor del sector) Contó que a esta alternativa recurren los que poseen mayores extensiones de tierra. En cambio, los pequeños ganaderos como él se ven obligados a utilizar otros métodos para alimentar a sus animales, como el ramoneo de árboles y el pasto de corte, o el más habitual: la fumigación. A pesar de que los productores son conscientes del daño que pueden ocasionar los químicos en los forrajes y, más grave aún, en los animales, lamentaron que no tienen apoyo de las entidades gubernamentales para hacer frente a este problema. “Hemos tratado de consultar con el ICA y la Umata para tratar de no afectar tanto al medio ambiente. Hace 2 años vinieron de Bogotá para darnos una solución pero no se concretó nada”, señaló. (Lea: Proyecto en Chocó no recibe apoyo a pesar de tener zona libre de aftosa) Según Zapata, la proliferación del gusano se da desde el comienzo de la primavera en abril hasta la entrada del verano a principios de junio. No obstante, debido a que el invierno se prolongó en estos meses, todavía están sufriendo con la plaga. De igual manera, con los fuertes aguaceros que caen cada cierto tiempo, las carreteras terciarias que están en grave estado no han tenido tiempo de secarse, ocasionando graves molestias para los productores que no pueden movilizarse con facilidad. “Aquí no hay sino huecos, las vías son muy malas. Todo mundo sabe que la temporada de invierno fuerte se avecina, comienza en agosto y sigue hasta noviembre”, explicó. (Lea: Situación invernal evidencia abandono estatal en el Chocó) En efecto, los ganaderos temen que el invierno se intensifique en los meses siguientes y las lluvias compliquen mucho más la situación. Por lo pronto, han pedido ayudas en materia de suplementos para sus bovinos mientras esté el problema del gusano, aunque saben que no llegará nada porque nunca han recibido apoyo del Estado. “Uno trata de salvarse con los recursos de uno mismo, pero que el Gobierno ayude, no. Han tratado de hacer charlas y capacitaciones para darnos herramientas para defendernos, pero de ahí a que nos digan que nos van a entregar algo, nada, eso no pasa”, sostuvo Zapata.