La disminución del degüello legal, la problemática de salud pública y el deterioro del medio ambiente originado por la ejecución del sacrificio en condiciones inadecuadas son temas que preocupan al sector ganadero de Caquetá.   El sacrificio clandestino de animales sigue siendo uno de los principales enemigos de la actividad pecuaria en Florencia, por lo cual los miembros del sector solicitan un mayor apoyo y control por parte de las autoridades correspondientes.   Rafael Torrijos Rivera, presidente del Comité de Ganaderos del Caquetá, aseguró que tanto el gremio como la compañía de feria y mataderos del departamento, Cofema, han venido denunciando con mucha preocupación esta situación que afecta no solamente la demanda de servicio de sacrificio legal, sino la salud pública de los florencianos. (Lea: Apatía social frente al sacrificio ilegal avala el delito y agrava el problema)   A manera de ejemplo, mencionó que ante la casi desaparición de la demanda del servicio de sacrificio porcino en los meses de enero y febrero, la empresa tomó la decisión de no ofertar más el servicio, no obstante las famas de Florencia seguían ofreciendo carne de cerdo.     "Este producto lógicamente tendría que provenir de una actividad irregular realizada en lugares donde no ofrecen suficientes garantías e inocuidad", señaló.   Con respecto al tema del sacrificio de bovinos, Torrijos manifestó que se ha hecho evidente que en muchos lugares cercanos a la capital del departamento se realizan este tipo de prácticas y en ellos están brindando un servicio que está lejos de ser el mínimo requerido para garantizar la calidad de la carne.   Sostuvo que esta situación preocupa al sector ganadero por el hecho de que la proliferación de lugares de sacrificio ilegal favorecen el abigeato y la pérdida de animales en fincas que se encuentran próximas a la ciudad o en el corredor vial que comunica a Montañita - Florencia - Morelia. (Lea: Contrabando y sacrificio ilegal preocupan al gremio ganadero)   Escuche las declataciones de Rafael Torrijos Rivera, presidente del Comité de Ganaderos del Caquetá

Diego Giraldo Rincón, ganadero cuyo predio está ubicado a las afueras de la capital del departamento, coincidió con el líder gremial y dijo que uno de los temas más preocupantes es la salud pública, ya que la carne que está consumiendo parte de la población proviene de animales que fueron sacrificados en condiciones que no son aptas.   "Las personas no saben realmente qué están comprando y comiendo. La calidad de la carne es cuestionable y las enfermedades de trasmisión son un peligro pues es el consumidor final el que las puede terminar padeciendo", aseveró.   Agregó que los mataderos clandestinos representan una competencia negativa para los lugares en los que se realiza sacrificio legal, razón por la cual se necesitan mayores controles.   Este medio intentó ponerse en contacto en repetidas ocasiones con Mallerly González Arias, secretaria de Salud municipal, para preguntarle sobre la labor y las acciones que está realizando la administración para manejar la situación pero no fue posible. (Lea: Sacrificio clandestino, enemigo acérrimo de la ganadería)   El llamado que hacen los productores y el gremio pecuario del Caquetá es para que las autoridades realicen mayores controles y establezcan puestos de control en las zonas rurales, ya que con esta actividad se pone en riesgo la economía de los ganaderos y la salud pública de los habitantes del departamento.