Miembros de la Empresa Comunitaria de Reforma Agraria La Esperanza, una asociación conformada por desplazados, mostraron su inconformidad por los abusos de los cobradores contratados por la entidad financiera.   Manuel Castillo, líder de la parcelación La Esperanza y La Pradera y representante legal de la empresa, contó que esta comunidad de 43 pequeños productores que llegaron de otras regiones a Piojó, Atlántico, surgió como un proyecto del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder.   Ellos solicitaron un crédito al Banco Agrario para invertir en la compra de vacas paridas y preñadas. No obstante, no contaban con los embates del fenómeno de El Niño, que secó los jagüeyes y los pastos, ocasionando la muerte de más de 20 reses, esto es, casi el 80 % del ganado adquirido. (Lea: Productores víctimas de violencia denuncian indolencia del Gobierno)   “Nosotros pusimos nuestra situación en conocimiento del banco, el Incoder y la Gobernación de Atlántico. Sin embargo, estas instituciones dieron la espalda como indolentes que son y representan a un Gobierno que maltrata al sector social más importante: los pequeños productores”, declaró Castillo.   De acuerdo con el representante legal de la empresa, los ganaderos están cansados de recibir llamadas muy temprano en la mañana o a altas horas de la noche de la agencia de cobro contratada por el banco. No importa si es sábado a las 5 de la mañana o domingo en la medianoche, el teléfono nunca para de sonar.   Castillo explicó que los productores no pueden cumplir con sus obligaciones porque el verano acabó con sus cultivos y su ganado. A raíz de esta situación, intentaron llegaron a un acuerdo con el banco para aliviar la deuda, aunque no los benefició en absoluto. (Lea: 3 historias sobre malas experiencias con entidades financieras del sector)   “Nos dijeron que iban a refinanciar el crédito, entonces todos los intereses que no hemos podido abonar se los suman al capital. El problema es que préstamos que eran de $10 o $12 millones, ahora son de $40 y $50 millones”, dijo Castillo.   Uno de los afectados fue Edinson David Puche Arrieta que solicitó un crédito de $12 millones ante el Banco Agrario para comprar 8 reses, de las cuales 4 murieron por culpa del verano. Hoy en día no tiene los medios para pagar ese préstamo.   “Hemos llevado cartas explicando nuestra situación, pidiéndoles que nos den un tiempo para poder pagar la deuda, porque nosotros sabemos que tenemos esa obligación. Pero eso ha sido imposible”, aseguró. (Lea: Problemas que enfrentan ganaderos al solicitar créditos del Banco Agrario)   El ganadero afectado relató la terrible situación que está viviendo

La solicitud de los productores es que los intereses se congelen teniendo en cuenta la situación tan dramática que han vivido por culpa del fenómeno de El Niño. Ellos se han comprometido a cancelar todo el dinero, a pesar de que saben que nunca terminarán de pagar si la deuda se sigue acrecentando de esa forma.     Indiferencia de las entidades del Estado   Castillo afirmó que después de la ayuda inicial que les prestó el Ministerio de Agricultura, el Incoder y el Banco Agrario, ningún funcionario del Gobierno volvió por esa zona. (Lea: Ganaderos están al borde de la quiebra por problemas económicos)   “Nosotros hicimos un proyecto de ganado doble propósito con el Ministerio y el Incoder. En el caso del Incoder, nos dejaron solos, no tuvimos la asistencia técnica. Enviamos una comunicación diciendo lo que estaba sucediendo y llegaron a hacer un inventario a ver qué se podía salvar pero no dieron solución de ninguna naturaleza”, lamentó.   De otro lado, evidenciaron problemas de un reservorio de agua de la zona instalado por la Gobernación del Atlántico que resultó contaminado, provocando no solo la muerte de varios animales sino también de una habitante de la zona.   CONtexto ganadero intentó comunicarse con el Banco Agrario sobre esta denuncia, pero hasta el momento de la publicación de la nota no habíamos obtenido respuesta.