Así lo afirmó Manuel Martínez, gerente de la Asociación de Productores de Chivatá, Agrochivatá, ante la dramática reducción del precio de venta de cereales, como el trigo y la cebada, que bajó hasta un 70 %. El productor lechero explicó que al igual que la gran mayoría de trabajadores rurales del país, los asociados de Agrochivatá tienen varios cultivos como maíz, trigo, cebada y avena, que les permiten mantener diversas fuentes de ingreso. Sin embargo, los últimos años no han sido fáciles para ellos, porque tanto el sector pecuario como el agrícola han atravesado serias dificultades por la falta de apoyo gubernamental y eventos tan catastróficos como el fenómeno de El Niño. “La gente ha vendido su ganado porque la situación está difícil, así el clima haya mejorado un poco en el comienzo del año”, afirmó. (Lea: ‘Colombia Siembra’ pero se llena de productos importados) Para los productores, ningún negocio resulta rentable por la disminución de los precios. Un litro de leche lo están pagando entre $600 y $700, cuando antes recibían $900. Lo mismo pasó con los productos agrícolas. “El año pasado vendíamos a $150 mil la carga. Hoy están pagando $60 mil y hasta $40 mil. O sea que la vendíamos hasta 2 veces y media más aquí en la plaza”, indicó. Martínez atribuyó la reducción a la abundante oferta de estos productos que hoy existe en el mercado por cuenta de las importaciones de cereales que han inundado al país. (Lea: A productores de Chivatá también les incumplieron con Pacto Agrario) Ellos suelen trasladarse hasta Tunja donde ofrecían todos sus cultivos por unos precios que eran mucho más atractivos. Sin embargo, con la llegada de cereales importados, el valor de sus siembras ha caído notablemente. “Los campesinos no pueden dedicarse solamente a la ganadería o agricultura, porque si hacen una sola cosa, no sobreviven”, declaró el dirigente gremial. Según él, esto se debe a que los trabajadores del sector primario de la economía no cuentan con normatividad ni apoyo para su ejercicio. (Lea: Ganaderos de Boyacá piden alimentos para sostener producción láctea) “El sector está muy desprotegido por la política gubernamental. No ha habido quién proteja los intereses del campo, alguien que lo cuide para que no desaparezca”, agregó Martínez. Los ganaderos de este municipio conocen muy bien la falta de apoyo estatal. No solo dejaron de recibir alimentos cuando el Gobierno Santos apartó del programa de bodegas ganaderas a la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán. Tampoco recibieron apoyo con un banco de maquinaria que solicitaron dentro del Pacto Agrario hace casi 4 años, por un valor de $130 millones. (Lea: Ganaderos en Boyacá, preocupados por escasa producción de leche) José Ignacio Montero, representante legal de la asociación, reprochó que luego de presentar el proyecto para el banco de maquinaria y de recibir la aprobación en repetidas ocasiones, todo se frustró de un momento a otro. “Nosotros nos sentimos perjudicados porque nuestra visión es sembrar comida propia. Como no tenemos herramientas, ahora no sabemos cómo trabajar para hacer ensilajes y guardar el pasto para la época de verano”, lamentó Montero.