La siembra de alimentos que no necesiten de la tierra y el subsuelo se ha convertido en una alternativa de producción para los ganaderos del Cesar en época de verano debido a que estos cultivos cuentan con una alta palatabilidad, digestibilidad y calidad nutricional. Esta clase de siembra se ha tornado en una de las elecciones predilectas de los productores para alimentar con idoneidad al ganado en zonas donde el sol ha quemado los pastos de los hatos bovinos. Con su implementación se puede mejorar la rentabilidad, ahorrar en costos de producción y optimizar el uso al espacio. Luis Hernando Peña Rodríguez, ingeniero civil y ganadero hace 18 años, ubicado en el municipio de Chimichagua, en Cesar, expuso que en su finca 'La Fe' se adelanta un proyecto de hidroponía en cultivo de forraje de maíz, el cual considera como una gran alternativa, la cual le ha proporcionado la posibilidad para poder mantener a sus animales en buenas condiciones a pesar de la sequía que se vive en el territorio nacional. El ganadero explicó que con el recurso agua se estimula el crecimiento de cualquier semilla o grano, en su caso la de maíz, cada una de ellas dependiendo a su fertilidad y potencialidad de proteína. “Los cultivos los estamos realizando 100 % con agua y sin ningún aditivo. Tenemos 880 bandejas ubicadas en diferentes estantes, a cada una se le echan 2 kilos de maíz desinfectado y en un promedio de 8 o 10 días los recipientes están pesando entre 10 y 14 kilos”, detalló el propietario del predio. (Lea: Cultivo hidropónico y organopónico: comida del jardín a su mesa) Agregó que a raíz de su experiencia, otros pequeños ganaderos han querido replicar el proyecto, pero en niveles más sencillos y también les ha dado muy buenos resultados. De igual manera, dijo que la ventaja de este tipo de cultivos es que con un kilo de grano de maíz, se puede aumentar la cantidad de materia seca y suministrarle al animal agua y proteína al mismo tiempo. El consumo de agua en mínimo y como las bandejas deben tener cierto grado de inclinación se puede reutilizar parte del agua que se está utilizando para la siembra. Según Daniel Antonio Hernández Villamizar, zootecnista, magister en producción animal y docente de la Universidad Francisco de Paula Santander y asesor de la finca La Fe, el cultivo hidropónico que se maneja en el predio para alimentar ganado puede llegar a ser mucho más rentable que la producción en terreno. “Las bandejas donde están los cultivos son de 60 x 80 centímetros, especiales para forraje verde. Normalmente se le aplican 2 kilos de semilla de maíz y en un lapso de 8 a 10 días se obtienen cerca de 10 y 14 kilos de alimento. El tiempo de cosecha depende de la cantidad de radiación con la que se cuente en esos días”, comentó Hernández. En cuanto al riego, el experto mencionó que se realiza con unos nebulizadores, en donde hay una motobomba. Señaló que cada aspersión se deja por 2 minutos y se realizan entre 4 y 6 al día, dependiendo de la incidencia del sol. Añadió que la razón por la cual no se utiliza ningún tipo de fertilizante es porque en trabajos anteriores se dieron cuenta que con un gramo de urea o de 3 en 1 se alcanza a quemar el forraje, entonces se tomó la decisión de utilizar solo agua. Hernández mencionó que los nutrientes que tienen las semillas son suficientes para el desarrollo del forraje y este alcance entre los 20 y 30 centímetros de alto. El valor nutritivo de este cultivo, según el análisis bromatológico que se ha realizado durante el proyecto, está entre el 17.5 % y el 20 % de proteína, la digestibilidad del alimento es supremamente alta, está entre 92 % y 93 % y la palatabilidad es de 100 %, pues lo animales se comen tanto hojas, como raíces y hasta los granos que no alcanzaron a nacer. (Lea: La innovación, común denominador del sector agropecuario en el mundo) Los expertos recomendaron que una vez esté listo el forraje que se forma cuando el cultivo está apto para dárselo a los animales, no se les entregue el colchón o la alfombra, sino que se pase por un picapasto o que se desmenuce con las manos para que las reses puedan comer bocados y no se desperdicie nada. Cada vez se hace más recurrente ver este tipo de cultivos entre los productores del Cesar, ya que no solo los ayuda a tener alimento en las épocas críticas, sino a economizar. Asimismo, la productividad no disminuye, pues si se hace de la manera correcta siempre se contará con forrajes para el ganado.