En este olvidado departamento del norte de Colombia, los ganaderos no preocupan por separar sus predios ni por sembrar pastos. Este abandono se debe no solamente a la pobreza que viven los campesinos sino también a la falta de atención del Estado.   Javier Suárez Redondo, profesional en Maicao de Gestión Productiva y Salud Animal del Fondo Nacional del Ganado, FNG, lo aseguró de esta forma: “El ganadero que no se vuelva agricultor, va a desaparecer”.   “A los propietarios de ganado les va a tocar volver a ‘hacer finca’. Con estos 3 años donde se presentaron lluvias intermitentes, se cortó el ciclo que se venía dando naturalmente de verano e invierno”, agregó. (Lea: Ganaderos de La Guajira están a punto de desistir de la actividad)   Anteriormente, como los ciclos eran regulares, una vez los bovinos consumían los pastos en el verano, casi inmediatamente comenzaban las lluvias que hacían germinar las semillas y así rebrotaban las pasturas.   Sin embargo, como hubo un lapso tan largo entre la época de sequía y la temporada de lluvias, el ciclo se interrumpió, dejando en su lugar suelos secos y áridos sin forrajes de ninguna naturaleza. (Lea: Abandono de Gobierno también toca la ganadería en La Guajira)   “Lo peor es que se presentaron unas lluvias intermitentes, que permitieron que germinaran esas semillas, pero como no continuaron las aguas, las plantas se secaron y esos suelos ya no producen más alimento”, manifestó Suárez.   Por esta razón, los ganaderos se ven obligados a sembrar nuevamente los pastos, algo que no hacían tradicionalmente porque estaban acostumbrados a que los pastos se renovaran sin ninguna intervención de su parte.   De otro lado, también es necesario cultivar maíz y sorgo para producir silos que sirvan como alimento en épocas de escasez. Hace 2 años, los productores de La Guajira formularon un proyecto con destino al Ministerio de Agricultura para sembrar 150 hectáreas de maíz, iniciativa que nunca tuvo eco.   “Si se quiere fortalecer la ganadería del municipio de Maicao y del departamento, se debe apoyar a los ganaderos en establecer esos bancos de forraje en zonas adecuadas. De hecho ya hay personas que establecieron riegos y pozos profundos”, añadió el profesional. (Lea: La Guajira necesita 6 millones de litros de agua diarios para alimentar a sus reses)   De otro lado, muchos campesinos de municipios como Uribia o Dibulla ni siquiera tienen sus predios separados por cercas. Según Suárez, esto no es solamente para demarcar la propiedad privada, sino porque es necesario hacer rotación de potreros para garantizar la producción constante de forraje.   Además, no cuentan con praderas establecidas ni hacen control de malezas, sino que dejan que las plantas arbustivas –algunas de las cuales son venenosas– crezcan en sus predios. Esto naturalmente perjudica a los bovinos, sobre todo cuando no tienen alimento cercano y empiezan a alimentarse con lo que encuentren.   No obstante, en la mayoría de los casos, los trabajadores del campo no cuentan con la maquinaria adecuada para hacer este tipo de siembras, y esto impide planear cultivos con tiempo para que los ganaderos puedan abastecerse de alimento. (Reportaje: Es hora de recuperar a La Guajira)   “Si nosotros tenemos un banco de maquinaria, la inversión inicial va a ser alta, pero se va a reduciendo en el tiempo porque ya tenemos la maquinaria y el costo será cada vez menor”, concluyó Suárez Redondo.