Aprenda las claves para mantener comida para su ganado durante todo el año a bajo costo y desde su propio predio productivo, con base en el buen ejemplo que da un ganadero santandereano. En varias partes del país la ausencia de las lluvias ha sido el dolor de cabeza para los ganaderos, en especial porque pone en riesgo el abastecimiento de comida para los bovinos. Sin embargo, en la Provincia Comunera de Santander, hay un productor que se prepara para hacerle frente al cambio climático y a la tasa de cambio. “Lo primero que se hizo en el predio fue aplicar un glifosato en una ladera que no presenta mucha inclinación, después pasamos una rastra con el tractor y después se sembró maíz manualmente a 70 centímetros entre surcos, y a 50 centímetros entre matas pusimos de a 2 pepitas”, indicó Carlos Andrés Pinilla, quien agregó que en ello es clave el aprovechamiento del agua. (Lea: La ecuación de la ganadería: nutrición, manejo, sanidad y genética) En esta región del país, según contó el ganadero, se realizan 2 siembras al año. Para el primer semestre en Santander se vivieron días de sequía y por ende la cosecha de maíz no fue la esperada. Para el segundo, la siembra se lleva a cabo en la primera semana de agosto. “Estamos esperamos unos 2 aguaceros más para trabajar la tierra y también tenemos en cuenta la posibilidad de emplear un lote al que se le pueda dar riego”. La clave cuando se prepara el suelo De acuerdo con el también agricultor, uno de los secretos para tener buenos resultados en la cosecha es la preparación del suelo. Por ello, una de las actividades que se deben llevar a cabo es evitar realizar un arado con disco. Se recomienda pasar una rastra, “para que suelte la tierra. Lo que hace la máquina es dejar el abono orgánico en la parte profunda y deja en la superficie lo que menos tiene nutrientes”. El resultado es un maíz que tiene más nutrientes que el sorgo forrajero, “aunque cualquiera de las 2 alternativas es buena”, aseguró Pinilla quien agregó que para este segundo semestre decidió sembrar el grano dorado, ya que se prevé la caída de aguas lluvia. (Lea: Los beneficios de las máquinas para ensilar en la ganadería) “Se sembraron 4 hectáreas y media y esperamos obtener en 90 días 40 toneladas por hectárea, para después picarlo, hacerlo silo y reservarlo para las necesidades que vayan teniendo los animales, o para usarlo en este diciembre o en marzo del otro año”, enfatizó el ganadero. Según el productor, una de las medidas que se deben tomar para tener una siembra en óptimas condiciones es tener el cultivo libre de animales como grillos o gusanos, con el uso de plaguicidas. También coseche pastos Carlos añadió que en su predio cultiva pastos, como otro mecanismo de defensa al cambio climático y a las épocas críticas. “Para este caso queremos renovar la pradera, en especial un lote que tuvo serias afectaciones por el verano, entonces voy a sembrar Brachiara Decumbens. Lo primero es guadañar y al mes y medio se aplica glifosato y a los 4 o 5 días se riega la semilla en boleo. El secreto de las renovaciones está en las lluvias. Esperamos entre 5 y 6 meses para que las raíces estén fuertes y echen semilla para realizar nuevas siembras”, amplió Pinilla. (Lea: ¿Cómo recuperar las pasturas después de inundaciones?) El secreto es no dejar que el ganado pastoree, asimismo dejar que el forraje crezca lo más alto posible, de tal manera que los animales puedan beneficiarse con una amplia oferta. “Es preferible que el animal no coma pasto, en época de verano, y que consuma otro tipo de alimentos; de esta forma no se pierde la pradera”. Cómo competirle al cambio climático y a la coyuntura económica Para el ganadero el costo de un kilo de maíz ensilado está en $120. De este valor, se invierten entre 20 y $30 kilo para fertilizantes o químicos que controlan las plagas. “Los costos han subido y lo que estamos haciendo, aprovechando que no hay un lote tan grande, es aplicar los químicos en forma líquida. Es difícil trabajar en el campo con este tipo de coyunturas, pero una de las alternativas es usar abonos como gallinaza o porcinaza que se encuentran en la zona. La idea es emplear productos nacionales, pero si son importados, tratar de economizarlos y evitar el desperdicio”, comentó el ganadero. (Lea: Uso de la urea en la alimentación de rumiantes)