Mientras que el sur del departamento reportó afectaciones por la creciente de varios afluentes, el norte, donde está concentrada la gran mayoría de ganaderos, todavía no ha sentido los estragos de las recientes lluvias. Pero ya comienzan a anticipar el desastre. Según lo reportan varios medios de comunicación, los habitantes del sur de Valle se han visto perjudicados por las fuertes precipitaciones de los últimos días, que han ocasionado crecientes súbitas de ríos y deslizamientos de tierra. El Ideam reportó que los municipios de Pradera, Florida y Calendaria están en alerta roja, mientras que otras 16 poblaciones, como Cali y Buenaventura, están en alerta naranja. (Lea: Fuerte invierno afecta negocio de la leche en Valle) “Se han registrado lluvias importantes, en las últimas horas, sobre las cuencas de los ríos Guachal, Bolo, Fraile, Parraga, Desbaratado (todos en el Valle del Cauca) y río Palo (en el Cauca). Lo anterior, aumenta la probabilidad de crecientes súbitas en estos ríos y sus afluentes, teniendo en cuenta que las cuencas están saturadas por las lluvias antecedentes”, reportó el Ideam. Consultado por El País, Jesús Antonio Copete, secretario de Gestión del Riesgo del Valle del Cauca, señaló que los organismos de socorro están en alerta por los daños que comenzaron a causar las precipitaciones en municipios como Florida y Ginebra. En Florida, 300 familias resultaron afectadas por un vendaval, mientras que una creciente del río Guabas en Ginebra causó daños a 2 puentes entre la zona rural y la cabecera municipal, perjudicando a 800 familias. (Lea: Con la llegada del invierno es momento de ahorrar agua) En cambio, hacia el norte del departamento, los aguaceros no están cayendo con la misma intensidad, aunque ya se avecinan más lluvias. Así lo reportó Javier Naranjo, propietario de la hacienda Los Limones en Cartago: “Apenas están empezando la temporada de invierno, pero a finales de abril o en mayo, se ven los encharcamientos y los problemas de mastitis porque las vacas se estresan y se llenan de barro, no se puede hacer el control en el ordeño”. Asimismo, por la presencia de charcos y lodo, los animales dejan de consumir el pasto y, en consecuencia, dejan de producir leche o pierden peso, como suele suceder en el invierno, una situación que inquieta bastante a Naranjo. Si bien todavía no hay emergencias por la ola invernal en Cartago y los municipios aledaños, donde hay mayor presencia de ganaderos, estos saben que la situación se hará más grave con el paso del tiempo. (Lea: Invierno preocupa a los ganaderos de casi todo el país) De otro lado, hay temor por los deslizamientos de tierra en predios y vías terciarias, sobre todo en las zonas montañosas, donde el transporte de leche se vuelve más difícil por el deterioro de las carreteras. “La gente que tiene sus fincas muy alejadas o en la montaña, sufre mucho en esta temporada”, agregó Naranjo. Para el productor de Cartago, el inicio del invierno es bien recibido porque hacían falta las aguas, aunque ya le está echando cabeza a las acciones que deberá emprender para evitar que su ganado pierda productividad en los días de lluvias intensas.