Así lo señalaron productores de Cundinamarca, quienes revelaron que la escasez del líquido debido a una fuerte temporada seca que afectó al país y a la menor demanda de las pasteurizadoras formales, han tenido que venderles a las queseras que ofrecen un mayor valor.

Para Enrique Triviño, ganadero y propietario de la finca El Chorro, ubicada en Zipaquirá, el comportamiento del precio de leche ha sido paradójico a pesar de todos los factores adversos que se han acumulado perjudicando al sector, como el alza del dólar.

“Algo que usualmente no ocurría es que ahora los pasteurizadores, en vez de organizarse para fijar volúmenes de compra y precios, tuvieron un distanciamiento por la forma como algunos grandes productores le estaban vendiendo a la industria”, aseguró.

Según Triviño, esto ocasionó una “ruptura” de la costumbre de los industriales de manejar un consenso del precio y de las bonificaciones para los ganaderos, tanto en épocas de sobreoferta como de escasez. (Lea: Así trabaja un ganadero para pasar de $1.100 a $1.400 por litro de leche)

“Eso ha causado por generar unos precios de competencia que a nosotros, en consecuencia, nos han favorecido porque se han fijado unos mejores pagos, aunque la situación también se ha puesto complicada por el aumento de las materias primas importadas por el dólar caro”, agregó.

En términos generales, el empresario calificó la experiencia como “atípica”, porque iniciaron el año con un valor por litro alrededor de $1.150 y ahora se ubicó en $1.180. Sin embargo, el alza más notable se dio con la comercialización de leche sin refrigerar en el tanque.

“Las leches calientes, que han tenido un desprestigio frente a las leches frías (por así decirlo), también han mejorado de precio. Ha habido compradores que antes no se veían pero que quieren entrar a competir pasteurizando y ha ocurrido casos de pagos entre $1.200 para este tipo de leches”, señaló.

En cambio, la leche fría también ha subido a $1.300. De acuerdo con Triviño, estas alzas han sorprendido a los ganaderos que estaban acostumbrados al leve aumento fijado a principios de año por el Gobierno. (Lea: 40 % de la producción de leche en Colombia se queda en el mercado informal)

“Los precios se han mantenido y han sido comparativamente buenos si uno piensa en los años anteriores. Respecto a las leches calientes, me refiero a las que se venden directamente en las ciudades o pueblos, o las que compran los pasteurizadores en momentos de escasez”, anotó.

Triviño recordó las cifras de acopio formal durante este 2019, publicadas por la Unidad de Seguimiento de Precios y recogidas por este medio, revelan una pronunciada caída. (Lea: Precios de leche y de concentrados es la incertidumbre de los ganaderos para el 2019)

“Parece que las leches no formales, las que no llegan a los industriales categorizados o conocidos, en vez de decrecer, han tenido una tendencia al crecimiento. Eso supone que hay también una situación que está influyendo en el pasteurizador”, manifestó.