Crece la indignación de los ganaderos por la decisión del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, de convocar organizaciones para realizar la campaña de vacunación contra aftosa en unas zonas del país y no en todo el territorio nacional.   En estos días, la entidad sanitaria publicó la convocatoria para contratar a las asociaciones o comités que estén interesados en ejecutar el II Ciclo de vacunación contra fiebre aftosa y brucelosis bovina de 2017.   En total, se están “licitando” 27 proyectos locales de departamentos como Antioquia, Arauca, Boyacá, Cesar, Córdoba, Cundinamarca, Guaviare, Huila, Meta, Santander, Tolima, Valle del Cauca y Vaupés. (Lea: Denuncian retaliación del Gobierno en la elección de ejecutores del ciclo)   Esta expresión (licitación) ha sido empleada por la mayoría de los productores consultados por este medio, quienes han manifestado su desacuerdo por la forma cómo el ICA y la Cuenta Nacional de Carne y Leche, CNCL, han llevado a cabo este proceso.   Cabe aclarar que el Instituto no está llevando a cabo un proceso licitatorio, sino una convocatoria para escoger a las Organizaciones Ejecutoras Ganaderas, OEG, autorizadas para adelantar todo el proceso, desde la contratación de los laboratorios para adquirir las dosis, hasta la consecución de los programadores y vacunadores encargados del suministro de las mismas.   No solamente ha generado malestar el hecho de que la convocatoria en algunos de los proyectos, sino que el ICA no ha comunicado las razones por las cuales no renovó el contrato con los comités que dirigieron el pasado ciclo. (Lea: Denuncian problemas en primer ciclo de vacunación de 2017)   Uno de los primeros en expresar su inconformidad ha sido Eduardo Plazas Cárdenas, gerente ejecutivo del Comité de Ganaderos del Valle de Ariguaní, Coganari, quien aseguró que se trataba de una retaliación contra los comités que no han estado de acuerdo con la forma cómo el Gobierno ha manejado el ciclo desde que liquidó el Fondo Nacional del Ganado.   El dirigente señaló en días pasados, que a pesar de haber cumplido con las coberturas, la ejecución del ciclo será entregada a la Federación de Ganaderos de Cesar, Fegacesar, quien tiene entre sus miembros a Jorge Luis Herrera, coordinador regional de la CNCL.   De otro lado, Ferley Ospina Pinto, presidente del Comité de Ganaderos de Tame, Arauca, señaló que también es probable que en su caso designen a la Federación Departamental de Ganaderos de Arauca para manejar el II ciclo. (Lea: Gremios habrían sido amenazados con retirarlos del ciclo de vacunación)   “Se han formado nuevos comités de ganaderos con disidentes que se han hecho del lado del Gobierno y han pedido que nos retiren del ciclo. (…) Son comités de papel, porque ni siquiera sabemos quiénes los conforman”, precisó.   Otro dirigente gremial también cuestionó esa decisión, aunque se abstuvo de revelar su nombre por el temor de que el ICA pueda tomar represalias y apartarlos de la ejecución del ciclo. Como es bien sabido, los comités dependen de la contraprestación y por eso no quieren perder esos recursos.   “No supimos la razón por la cual a unos (comités) los pusieron a cargo del próximo ciclo, mientras que a los otros 27 proyectos sacaron una especie de licitación”, manifestó. (Lea: Concluye primer ciclo de vacunación de 2017 pero los problemas persisten)   El ganadero sostuvo que no encuentra razón para que no les hayan asignado la ejecución de la campaña, si obtuvieron coberturas sobresalientes como todos los años (superiores al 95%).   En los últimos 2 años, desde que el Ministerio de Agricultura asumió el manejo de la cuenta parafiscal y de los ciclos de vacunación, los ganaderos no han dejado de quejarse por los múltiples traumatismos que han causado estas decisiones, aunque siempre con el temor de una eventual retaliación.   Esto ya sucedió en departamentos como Casanare y La Guajira, donde el Gobierno privilegió a las asociaciones que apoyan abiertamente al Gobierno. Por lo pronto, ante la falta de explicaciones, los comités que se presentaron para la convocatoria, esperan que se lleve a cabo una elección transparente y que no esté determinada por los caprichos de los funcionarios oficiales.