El Gobierno nacional ha mostrado en los últimos días una actitud más severa con respecto a las decisiones que se tomarán en Catatumbo.
El 11 de julio decidió que los más de 8 voceros que asistieron a Tibú y Cúcuta se devolvieran a Bogotá, hasta tanto los campesinos de Norte de Santander levanten el bloqueo de vías y finalicen las protestas.
El ministro del Interior, Fernando Carrillo, señaló a diferentes medios nacionales que el Estado ha sido “rehén” de los paros en el país por la encrucijada con las vías de hecho. A esa conclusión llegó luego de hablar con funcionarios del Gobierno sobre la crisis en Catatumbo. (Lea: "Situación en Catatumbo se debe al proceso de paz": Rafael Guarín)
El ministro del Interior insiste en lo relevante continuar con los diálogos, pero también reitera que eso no sucederá mientras no se desbloqueen las vías para evitar más pérdidas económicas.
Los paros le han costado al país más de $1 billón, mientras que las protestas en Catatumbo han generado el daño de 10 mil litros de leche producidos por 5.000 ganaderos de la región, según aseguró el presidente Ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, José Félix Lafaurie.
Las manifestaciones en esta zona han provocado la pérdida de $60 mil millones y los sectores más afectado han sido el ganadero, arrocero y palmicultor.
Otro motivo por el cual se levantaron las conversaciones es la permanencia de miembros de las Farc en las manifestaciones, según Carrillo, quien aseguró: "Lamentablemente hay otros objetivos de carácter político”.(Lea: Sector ganadero, afectado por la situación en Catatumbo)
El cardenal Rubén Salazar ha insistido en que no se suspendan los diálogos y ha propuesto que la Iglesia interceda en las mesas de conversaciones, sin embargo la iniciativa no tuvo buena acogida.