Luego de ser considerada como referente nacional e internacional, Asopagama está sumida hoy en una situación que la tiene al borde de la desaparición. Carlos Acuña, socio fundador, reitera que no están pidiendo nada regalado pero insiste en que nadie del Gobierno les presta atención. Del fenómeno de El Niño y de La Niña se habla mucho pero se entiende poco, así al menos lo consideran en regiones como Atlántico, una de las que más ha sufrido los embates climáticos, consecuencias que todavía sienten quienes se encuentran en el sector rural. (Lea: Intensidad del verano preocupa a los ganaderos de la región Caribe) En el departamento se vieron afectadas más de 60 mil hectáreas de cultivos transitorios de pancoger y frutales, así como 20 mil dedicadas al pastoreo, comprometiendo a más de 70 mil bovinos, los cuales en un 80 % pertenecen a pequeños productores que derivan sus ingresos de la actividad doble propósito, sistema con mayor orientación a la producción láctea y cuya infraestructura productiva y de acopio que llegaba a los 47 mil litros diarios quedó sumida bajo las aguas. El caso de Manatí, uno de los más dramáticos En el año 2000 se creó en Manatí, municipio ubicado al sur del departamento, la Asociación de Parceleros y Ganaderos, Asopagama, considerados un polo de desarrollo a nivel organizacional. “Conformada por más de 250 pequeños ganaderos, las cifras de acopio llegaron a alcanzar los 15 mil litros diarios, convirtiéndose en un ejemplo regional y luego a nivel país, todo eso gracias al modelo asoaciativo y empuje de sus integrantes”, explicó Javier Ruiz, profesional del Fondo Nacional del Ganado, FNG, en la región. Fruto de ese trabajo, según contó Ruiz, lograron formalizar la cadena de producción y comercialización láctea del departamento y a partir de ese momento iniciaron un proceso de mejoramiento continuo con el que buscaron darle valor agregado a la leche y brindar así un producto de mejor calidad. (Lea: Anuncian falta de forrajes y agua para el ganado en el Caribe) Los resultados no se hicieron esperar y con el dinero obtenido accedieron a un crédito del Banco Agrario con el que compraron un tanque de almacenamiento de 10 mil litros, que los ayudó a mejorar sus ingresos por el pago de bonificaciones. El crédito se pagó antes de tiempo y se vieron beneficiados por el Incentivo de Capitalización Rural, ICR. “La iniciativa no se detuvo ahí. Al ver los magníficos resultados y el mejoramiento de la calidad de vida de sus pequeños ganaderos, solicitaron otro crédito con el cual dotaron su acopio con un segundo tanque de enfriamiento con capacidad de 10 mil litros y un carro tanque refrigerado. En ese entonces el flujo financiero permitía cumplir oportunamente con estas obligaciones gracias al volumen de leche que se acopiaba y al pago por la calidad de la misma”, relató el profesional del FNG. Sin embargo, luego de las inundaciones de 2012 este flujo financiero se vio abruptamente afectado ya que pasaron de un acopio diario de 15 mil litros diarios a no más de 1.000, viendo afectado su ni vel producción y sus ingresos. (Lea: Debilidades, fortalezas y presupuesto para enfrentar El Niño) Cuenta la gente en la región que han sido testigos de cómo sus productores comenzaron a tocar las puertas que dio el Gobierno nacional con el fin de reestructurar la deuda, pero por su condición de no clasificar como pequeña empresa no lograron acceder a los beneficios dispuestos para este tipo de organizaciones. Un hecho paradójico, pues Asopagama está integrado precisamente por pequeños productores ganaderos. Carlos Acuña, , socio fundador de la asociación y que además funge como presidente de su consejo directivo es claro: “No queremos que nos regalen nada, solo le pedimos al Gobierno nacional, a quien le hemos enviado decenas de comunicados, que nos de la mano mediante la restructuración de la deuda y la condonación de los intereses vencidos, que no sean ajenos a la situación de Asopagama, entidad de más de 250 familias que le apuestan al campo y que hoy en día están pasando necesidades por el pasado invierno y por los últimos veranos”. De igual manera, el dirigente reiteró que actualmente los asociados se enfrentan a una situación de riesgo al estar expuestos al cierre de su única fuente de ingresos. Asopagama llegó a ser considerado un ejemplo no solo en la región sino a nivel nacional e internacional, “eso se evidenciaba en las múltiples visitas de todas regiones del país y de entidades como la FAO”, mencionó Acuña. Según le dijo Javier Ruiz a CONtexto ganadero, actualmente el Gobierno dispuso que las demás organizaciones de productores contaran con sus propios tanques de enfriamiento bajo la modalidad de donación, mientras que Asopagama con su propio capital está endeudado y aun en un proceso de reactivación económica de sus ganaderos, lo cual no le permite lograr por lo menos el punto de equilibrio. (Lea: Ganaderos de La Guajira reiteran pedido de ayuda al Gobierno) “Eso, sumado al intenso verano que ya lleva más de 6 meses sin que caiga una gota de agua, hace que el panorama se avizore poco esperanzador para este grupo de personas que tanto han hecho por la región y que llegaron a distinguirse por la calidad del producto ofrecido. Esperamos que el Gobierno escuche este llamado”, acotó. Los más de 250 pequeños productores confían en que en algún momnento alguien del Gobierno pose su mirada sobre ellos, saben que de eso depende en gran parte poder retomar ese camino que en algún momento los hizo ser referentes de lo que debe ser una asoaciación eficiente, exitosa y rentable.