En el norte de Bolívar y los Montes de María, los pequeños ganaderos están enfrentando una preocupante situación debido a los frecuentes casos de abigeato que están perturbando la tranquilidad del gremio y generando millonarias pérdidas.
El abigeato ha aumentado en la región, lo que ha llevado a los productores a vivir con miedo constante y a sufrir las consecuencias económicas de estos actos delictivos. Uno de los casos más recientes ocurrió en la Vereda El Limón, zona rural de San Pablo (María La Baja), donde delincuentes lograron hurtar 10 reses avaluadas en más de 30 millones de pesos. Además, en el corregimiento de Retiro Nuevo, nueve semovientes fueron sacrificados en la finca Piedra Bonita. Estos incidentes demuestran la urgente necesidad de tomar medidas para combatir el abigeato y proteger a los ganaderos de la región.
En el caso específico de la Vereda El Limón, los delincuentes aprovecharon el presunto abandono de una finca vecina para ingresar al predio y sustraer las reses que se encontraban paridas. Este incidente refleja una preocupante falta de vigilancia y seguridad en la zona, lo que facilita la comisión de estos actos delictivos. A pesar de que el propietario del ganado ha interpuesto las denuncias correspondientes, hasta el momento no se reporta ninguna captura relacionada con este robo.
Este delito está afectando directamente a los pequeños ganaderos, quienes se encuentran en una posición vulnerable debido a sus limitados recursos y a la falta de seguridad en las áreas rurales. Toda su inversión de tiempo, dinero y esfuerzo en el cuidado y la crianza de su ganado se pierde con el robo de sus animales.
Los ganaderos reiteran el llamado a las autoridades competentes para que tomen acciones contundentes para enfrentar este problema. Esto incluye el fortalecimiento de la seguridad en las áreas rurales, el aumento de la presencia policial, la implementación de sistemas de vigilancia y la creación de estrategias de prevención del delito. Además, es necesario promover la denuncia por parte de los ganaderos afectados y establecer canales de comunicación efectivos entre la comunidad y las autoridades para agilizar la respuesta ante casos de abigeato.