Los productores manifestaron que en las últimas semanas han tenido problemas por las altas temperaturas y los fuertes vientos, que afectan sus cultivos y los pastos. Por eso, piden ayuda del Gobierno con reservorios de agua y alimento para el ganado.   Marcos Elías Coll Montealegre es el director ejecutivo de la Empresa Asociativa de Trabajo El Lago, una organización que reúne a cerca de 100 pequeños productores del sector agropecuario en el municipio de Piojó. (Lea: Productores de Atlántico piden pozos profundos ante falta de lluvias)   “Hay unas brisas heladas tremendas aquí en la Costa, que afectan en la noche y en el amanecer. Y al mediodía un sol inclemente, canicular. Hay unos cambios muy bruscos de temperatura que afectan el sistema ambiental y productivo”, aseguró.   Según el dirigente, las brisas están secando los jagüeyes y los pastos, que todavía conservan por cuenta de las precipitaciones del año pasado. Gracias a esto, los productores guardan algunas reservas, pero saben que se acabarán pronto con la llegada del verano.   Por el momento, tienen el consuelo de que el precio de la leche está sobre los $900 e incluso $1.000 por litro, lo que les permite continuar en el negocio a pesar de las dificultades que están viviendo. (Lea: Proyectos del MinAgricultura han fracasado por falta de seguimiento)   Ante su precaria situación, los productores reclaman atención del Gobierno nacional, departamental y local para apoyarlos en la consolidación de la empresa, que también incluye a productores de poblaciones como Tubará y Juan de Acosta.     “La mayoría son personas de escasos recursos que siguen teniendo dificultades después de varios años de verano que los acabaron, casi 3 o 4 años sin llover, eso es terrible y perjudicó a gran parte del ganado. (…) Como líder de la región costera he luchado para que las cosas lleguen, ha sido muy difícil hacerlo solo pero ahí seguiremos hasta cuando Dios permita”, afirmó Coll.   Más al interior del departamento, Argemiro Cabarcas, ganadero y líder del Consejo Comunitario de las Comunidades Negras del municipio de Repelón, también pidió más atención del Gobierno para seguir en el negocio.   “A nosotros nos afectó el brote de fiebre aftosa. El precio del ternero bajó y las empresas que exportan ganado no estaban comprando, ahora es que está reactivándose”, explicó el productor. (Lea: Proyectos hídricos de Atlántico están detenidos según ganaderos)   Respecto al verano, Cabarcas señaló que requieren de ayuda para llenar los jagüeyes, que ya empezaron a secarse, así como pastos y suplementos para alimentar al ganado mientras dura la época crítica, que se prolonga hasta comienzos de abril.