Más de 800 personas de las comunas del municipio se han visto beneficiadas con el programa, el cual viene siendo liderado por la Alcaldía de la capital nariñense, en asocio con la Gobernación, la FAO y el PNUD.
Una de las políticas más importantes del actual alcalde del municipio de Pasto, Harold Guerrero López, es el fortalecimiento de la agricultura urbana dentro de las diversas comunas de la ciudad.
Ante este propósito, el mandatario, en asocio con la Secretaría de Agricultura, la Gobernación de Nariño, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO; y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, vienen trabajando en una iniciativa de huertas urbanas, proyecto que ha impactado a más de 800 pastusos entre niños, jóvenes, adultos mayores, amas de casa y población en condición de desplazamiento. (Lea: Cultivos podrían rendir hasta un 60 % con genes de algas)
La idea consiste en construir huertas en las casas, patios o techos de los beneficiados, en donde producen frutas y hortalizas las cuales son vendidas a precios justos, lo que favorece su economía, y de paso les permite realizar una actividad sin tener que salir de sus viviendas.
Luis Delgado Eraso, secretario de Agricultura de Pasto, en diálogo con CONtexto Ganadero, explicó algunas de las bondades que viene dejando el programa en la ciudad, entre ellas el fortalecimiento de la seguridad alimentaria y el trabajo en equipo de las familias vinculadas a la iniciativa. (Lea: Lo mismo con distinta firma)
“Inicialmente el programa empezó con 50 personas en 2 comunas del municipio, pero ante el impacto positivo que ha tenido hemos llegado a 723 personas. No obstante, la Gobernación, la FAO y el PNUD, se interesaron en lo que estamos haciendo y nos dieron recursos para que impactemos 500 personas más. Nosotros nos dedicamos a capacitar a las familias, les entregamos semillas certificadas y todas las herramientas para que instalen la huerta”, expuso Delgado Eraso.
Las familias participantes reciben guadua, tablas, abono orgánico, atomizadores, regaderas y plástico, recursos que tienen un valor cercano a los $6 millones. Una vez tienen estos materiales, empiezan la siembra de hortalizas como repollo verde y morado, brócoli, coliflor, acelga, zanahoria, remolacha, curuba y algunas frutas como tomate de árbol. Próximamente van a introducir fresas. (Lea: Agricultura familiar es clave para erradicar el hambre según la FAO)
El grupo que recientemente se vio beneficiado fue la Asociación Bello Horizonte, una entidad que trabaja en el cuidado de adultos mayores y desde hace 2 años está involucrada con el proceso de aprendizaje y capacitación en materia técnica.
“Durante todo este tiempo que hemos participado y aprendido mucho en las capacitaciones que nos han brindado, especialmente en agricultura. También nos regalaron unos arbolitos que vamos a plantar en nuestras casas", señaló Amparo Díaz, miembro de Bello Horizonte. (Lea: Zonificación de cultivos de frutas, ¿una medida lejana en Colombia?)
El próximo viernes, 24 de octubre, el programa va a reunir a los jóvenes que se han visto beneficiados para que participen en la primera Kermes Agroalimentaria, un evento que tendrá lugar en la Institución Educativa Luis Eduardo Mora Osejo y que pretende que los centros educativos fomenten el consumo de frutas y hortalizas.