Además de la falta de agua y alimento para el ganado, el productor se ve afectado por el deterioro de los suelos, la calidad del líquido vital que recibe o las dificultades para manejar los residuos sólidos.   Cristiana Alarcón, médica veterinaria y propietaria de una finca en San Miguel de Sema, Boyacá, contó que desde mayo del año pasado no caen lluvias en la zona.   “Normalmente la pluviometría en la zona era de 1.300 mm. El año pasado solamente fueron 600 mm. Un promedio de 3 mm al día es bueno, mantiene la humedad y los forrajes. En la zona nos ha tocado ir a coger agua, eso implica gastar más ACPM, el tiempo del empleado, entonces la gente no está pendiente del ganado. Es una cadena bien complicada”, afirmó Alarcón.   La médico veterinaria actualmente asesora varias fincas en Buenas Prácticas Ganaderas, BPG, y ha podido comprobar los problemas que tienen los predios de esa región ubicada entre los departamentos de Boyacá y Cundinamarca.   Durante una visita a la finca Guatancuy en Ubaté, observó cómo los productores toman el agua del río Ubaté, que purifican en una planta de tratamiento. (Lea: 10 recomendaciones para 10 productos durante el verano)   “Estábamos en la finca precisamente cuando estaban bombeando agua a los tanques y empezó a salir esa agua negra que era como petróleo y empezó a oler como si uno pasara cerca de una laguna de oxidación. Luego empezó a salir clarita pero con espuma”, relató la experta.   Jairo Becerra, administrador de la finca, señaló que debido a la falta de agua, utilizan el líquido que les llega para dársela al ganado una vez ha pasado por la planta de tratamiento, aunque aseguró que la carga de bacterias aún es muy alta.   Otro inconveniente que enfrentan los ganaderos es el manejo de las basuras. Según Alarcón, los trabajadores aprendieron a separar los residuos gracias a la capacitación en BPG, pero luego no saben dónde depositarlos porque no hay una empresa recolectora.   “Hacen falta plantas de reciclaje que no vayan hasta Bogotá, porque a los municipios les sale muy costoso llevar la basura hasta allá. En Ubaté había una planta de reciclaje, y por cosas políticas la acabaron”, agregó.   Becerra aseguró que en el predio se hace reciclaje a pesar de que no cuentan con el servicio de alguna empresa que recolecte esos residuos, sino que por el contrario son los particulares los que se encargan de recogerlos. (Lea: Fenómeno de El Niño se extenderá hasta junio de 2016)   “Uno separa los vidrios, los plásticos, y finalmente se lo llevan los que trabajan en eso, pero no hay una empresa como tal que se haga cargo de los desechos. Anteriormente Alpina hacía ese trabajo y le recibían a uno y le daban a uno un cartoncito que se llamaba Campo limpio”, sostuvo el administrador de la finca.   Un tercer problema es la formación de grietas en el suelo, que se está hundiendo porque el nivel freático se reduce y la tierra toma el lugar del agua subterránea que ya no existe en el suelo. Los pobladores temen que cualquier paso en falso pueda ocasionar lesiones en ellos o en sus animales.   Para resolver la falta de agua, Alarcón propuso la replantación de árboles nativos como el sauce, pues esa zona está poblada de eucaliptos y pinos que resecan el suelo. (Lea: ¿Se debe o no sembrar pasto para el ganado en pleno verano?)   Otra dificultad para los ganaderos es el acceso a créditos. Aunque el Ejecutivo anuncia con bombos y platillos que habrá más recursos para el agro, los campesinos tienen que superar muchas trabas para obtener alguna ayuda financiera.   “Todos estamos metidos en el cuento de cómo sobrevivir, pero uno no tiene tiempo de sentarse a hablar con la gente y decir vamos a pedirle al Gobierno, porque igual nunca dan nada. Por ejemplo, hubo la línea de crédito de Finagro para retención de vientres y se acabó rapídisimo. Esos recursos se agotaron y en el banco ponen mucho problema, devuelven los papeles por cualquier bobada”, expresó Alarcón.   La baja de la producción por falta de alimentos, que es un problema habitual en todo el país, también aqueja a los productores de esa zona. Antes, entregaban en promedio 60 litros diarios, pero actualmente solo producen 20. Por ese motivo, muchos tuvieron que vender sus animales a precios muy bajos. Aquellos que conservaron sus ganados, compran agua y alimento que les sale muy costoso.   “Los suplementos están muy caros. El silo de maíz está a $16 mil la bolsa de 50 kg cuando antes uno la conseguía a $8 mil”, aseguró Alarcón.   Por esa razón, la profesional del campo reclamó el apoyo de las entidades gubernamentales para resolver la crisis que no parece tener salida. (Lea: Sucre, el departamento más afectado por el verano en 2015)   “Tenemos un presidente que dice que no hay paro agrario y que no va a dejar sacar agua de los ríos para el ganado. El alcalde de San Miguel dijo que no podía hacer nada, pero todos en esa zona vivimos de las vacas. Pero dejar morir a los animales de sed baja la producción y la gente los tiene que vender porque no reciben recursos para sostenerse diariamente”, sentenció.