Una planta de beneficio animal para la provincia Comunera es la meta que se trazó el gobierno de Oiba, tras anunciar su deseo de construirla en este municipio santandereano.
Los 15 municipios que conforman la provincia accederían a la carne de res que se comercialice en la región, proveniente del frigorífico que tendría una capacidad de sacrificio diario de 300 cabezas de ganado.
Johnny Walter Peñaloza Niño, alcalde de Oiba e impulsor del proyecto, manifestó que el estudio de factibilidad arrojó un costo para la inversión inicial de $6.000 mil millones que se obtendrían del sector empresarial y ganadero con apoyo de la Gobernación de Santander.
“Trajimos esta propuesta al gobernador Richard Aguilar Villa para desarrollar un proyecto que involucre a todos los líderes de las comunidades, para que los empresarios y ganaderos hagan parte de este proceso a través de unos paquetes accionarios”, anotó Peñaloza Niño.
La planta de beneficio cubriría a mediano plazo la demanda de las provincias de Guanentá y Vélez. En ella habrá empresas de la cadena productiva de ganadería, cárnico y transporte en frío. (Lea: Fondo Ganadero de Santander, rentable pero endeudado).
Hay que cumplir con la norma sanitaria
Según Oliverio Solano, gerente de la Planta Ecológica de Beneficio Animal de Río Frío, el departamento de Santander es el escenario propicio para la construcción de frigoríficos porque muchos de los antiguos han cerrados sus puertas por el incumplimiento de los requisitos sanitarios del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima, o porque no tienen un respaldo económico que les dé sostenibilidad financiera.
Por eso afirmó que no es fácil pensar el desarrollar el proyecto de una planta de beneficio animal sin antes conocer la demanda que le rodea y sin hacer cajas de almacenamiento de frío que garanticen la conservación de la carne. (Lea: El frigorífico más completo del país funciona en Santander).
Otras recomendaciones dadas por Solano fueron la realización de un estudio matriz y económico, tener presentes las variables del mercado y adaptar la planta al decreto 1500 del Invima, que dio como fecha límite para acogerlo en 2017.
“Buscar mercados de tipo nacional no es fácil. Es necesario que se piense en todo y se cumpla con las exigencias del Invima porque muchos han cerrado sus puertas”, mencionó Solano, quien está al frente del único frigorífico de Colombia que se ha adaptado a la regulación 1500.
El frigorífico de Río Frío cubre la demanda de los municipios de Bucaramanga, Girón, Floridablanca y Piedecuesta y sacrifica 250 bovinos y bufalinos al día. La planta extenderá sus servicios a los municipios de Lebrija, Los Santos, Tona, Rionegro y Playón, en Santander.