logoHeader
atraco a una familia campesina

Foto: Imagenes de referencia - es.m.wikipedia.org

La inseguridad no solo afecta la economía rural, sino que amenaza con paralizar la cadena de producción ganadera.

regiones

“Nos iban a cortar la lengua”: así amenazaron a ganadero y su familia

por: Melanny Orozco- 31 de Diciembre 1969

Una familia ganadera fue víctima de un violento asalto en el Caribe colombiano, ejecutado con brutalidad por encapuchados armados. Este ataque, lejos de ser aislado, refleja el abandono institucional y la falta de garantías que mantiene al campo colombiano como blanco fácil del crimen.

Una familia ganadera fue víctima de un violento asalto en el Caribe colombiano, ejecutado con brutalidad por encapuchados armados. Este ataque, lejos de ser aislado, refleja el abandono institucional y la falta de garantías que mantiene al campo colombiano como blanco fácil del crimen.


Una familia ganadera fue asaltada por siete hombres armados en su finca del Caribe colombiano el viernes 4 de abril, en un hecho violento que duró más de una hora y dejó secuelas emocionales y económicas irreparables.

“Eso fue el viernes antepasado, llegaron en motos y en carro, pero el carro yo no lo alcancé a ver”, expresó Emilio Rosas*, ganadero ubicado en el norte del país. (Lea en CONtexto ganadero: "Nadie denuncia porque el que habla termina muerto": ganadero en Córdoba)

Seis hombres armados con los rostros cubiertos irrumpieron violentamente en su propiedad y lo despojaron de todo lo que tenía como dinero en efectivo, pertenencias personales, vehículos y documentos. Luego se subieron a un carro donde el séptimo hombre, el conductor, los esperaba con el motor en marcha y desaparecieron en la distancia.

No fue un robo aislado, fue un acto meticulosamente planificado, ejecutado con precisión y brutalidad. En sus palabras, “nos amarraron de pies y manos y nos tiraron al piso”. A él, su esposa y cuatro trabajadores los inmovilizaron durante más de una hora. Más tarde llegaron su hijo y su sobrino, quienes también fueron reducidos.

“Nos decían que sabían que había un botín, y que si no lo encontrábamos, nos amenazaron con cortarnos la lengua”, añadió Rosas.

Esa amenaza no solo revela la violencia con la que actuaron, sino que pone sobre la mesa una hipótesis inquietante que los delincuentes conocían detalles de la finca, el momento del pago y los movimientos económicos de la familia.


Violencia que se repite


Lo más alarmante es que no es la primera vez. “Por acá nos han atracado como tres veces, pero nunca así, con gente tan armada”, comentó el productor.

Anteriormente, le había robado otro vehículo, queso y mercancía; esta vez, lo golpearon directamente, con precisión y con violencia psicológica difícil de dimensionar.

No sé qué quiere hacer este país con los que trabajamos en el campo. Estamos haciendo algo por vivir, y nos tratan como si no valiéramos nada”, afirmó Rosas.


Respuesta institucional


Una vez los asaltantes huyeron, el hijo de Rosas logró soltarse y corrió hasta la finca vecina para pedir auxilio. Desde allí, lograron contactar a un amigo policía, quien activó la búsqueda. Ese mismo día, el vehículo robado fue localizado en un municipio cercano.

La Sijín intervino, pero la banda nunca regresó por el carro. Si bien fue una acción rápida de las autoridades, el hecho no borra el terror vivido. Tampoco devuelve lo robado ni garantiza que no vuelva a ocurrir.

Rosas es un ganadero que puso su denuncia. Sin embargo, muchos productores no lo hacen por miedo o desconfianza. Cada acto de violencia no atendido refuerza la sensación de impunidad y alienta nuevas incursiones de conflicto.


¿Quién protege al campo colombiano?


La falta de respuesta a este tipo de hechos puede tener un alto costo de oportunidad, el abandono del campo. La inseguridad no solo afecta la economía rural, sino que amenaza con paralizar la cadena de producción ganadera en varias regiones del país.

Finalmente, si el Estado no actúa con contundencia y estrategia, el campo colombiano seguirá siendo “tierra de nadie”, como lo aseguró el productor, y con cada finca saqueada, se pierde no solo patrimonio, sino la esperanza de quienes aún creen en la tierra. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Por qué se perpetúa la inseguridad y la impunidad en el sector rural?)

*Nombre cambiado a petición de la fuente.