En varias veredas de la población no hay energía eléctrica, las vías terciarias están en pésimo estado, el verano no cesa, hay escasez de agua y la comida para bovinos disponible en las bodegas de suplementos no fue suficiente para atender a todos los productores.
A pesar de que algunas lluvias han empezado a caer en varios departamentos y que el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, Ideam, señaló que en octubre y noviembre dará inicio la segunda temporada invernal, hay regiones en las que las precipitaciones aún brillan por su ausencia y tienen con sed, literalmente, a los habitantes y animales que están ubicados en dichas poblaciones. (Lea: En materia de clima, Colombia no conoce término medio)
Uno de los casos más críticos que ha conocido CONtexto ganadero es el de Sardinata, un municipio ubicado a 81 kilómetros de Cúcuta, capital de Norte de Santander. En esta zona la economía, que depende principalmente de la agricultura y la ganadería, pasa uno de sus momentos más complicados por cuenta de la prolongada sequía.
Sumado a esto, las vías que comunican a las veredas están en pésimo estado, no hay energía eléctrica en las viviendas; el agua es cada vez más escasa y el alimento para los bovinos que podrían conseguir subsidiado gracias al convenio entre la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán-FNG, y el Ministerio de Agricultura, no resultó suficiente para todos los productores del departamento. (Lea: Los 4 temas que más preocupan a los ganaderos de Colombia)
Anibal Parra, empresario pecuario de la región, en diálogo con este medio, señaló que estas problemáticas han encarecido en exceso la producción pecuaria en el municipio, ya que ante la falta de luz no se puede usar una motobomba para extraer agua de unos caños que aún tiene algo del líquido. La ausencia de carreteras los ha obligado a tener que ingresar los productos con una bestia, lo que genera demoras y es muy poco el alimento que se logra encontrar para suministrarle a las reses, lo que complica sostener el negocio.
“Nosotros estamos muy preocupados porque no hay suficiente alimento en la bodega de suplementos que funciona en Cúcuta, por eso hemos tenido que recurrir a buscar otras fuentes para darles de comer a las vacas. En mi caso lo he hecho con cascara de arroz molido y algo de sal mineralizada, lo que ha mantenido mis animales en buen estado, pero sé de casos donde ha habido una alta mortandad de animales”, expuso el productor. (Lea: Bodegas ganaderas hasta marzo de 2015, meta de Fedegán)
Ante el interrogante sobre qué ha hecho el Gobierno departamental y municipal por brindarles alguna ayuda a los empresarios de la zona, Parra aseguró que no se ha visto ninguna acción que permita vislumbrar un mejor futuro; en el caso de la energía les pretendían cobrar $30 millones para solventar el problema, recursos que ningún ganadero tenía, mientras que las carreteras no han sido intervenidas por parte de la Alcaldía de Sardinata.
A lo señalado por Anibal Parra, se unió Carlos Delgado, otro productor del municipio, quien fue claro y expuso que no pretenden que les regalen insumos para alimentar al ganado, sino que se los ayuden a conseguir a un precio subsidiado y así seguir adelante con su actividad económica. (Lea: Escasean las lluvias y la leche en Norte de Santander)
“Lo preocupante es que nosotros vamos a la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria, Umata, de Sardinata a preguntar si nos pueden colaborar con el tema de los alimentos y siempre dicen que no, que no pueden, por lo que dependemos de la bodega que funciona en Cúcuta, pero por lo que hemos percibido allá hay gente acaparando todo el alimento y nosotros no alcanzamos a comprar lo suficiente”, aseveró Delgado.
Por su parte Alfonso Rivero, presidente de la Asociación de Ganaderos de Sardinata, Asogasar, le contó a este diario que a los problemas reseñados anteriormente se suma el de los incendios forestales, ya que durante 4 meses la intensidad de los vientos que azotaron a la población, generaron muchas conflagraciones que perjudicaron bosques naturales y reservas hídricas vitales para el agro. (Lea: Ganaderos le piden al Gobierno renovar convenio con Fedegán)
“Es como si nos hubieran atacado las 7 plagas, porque no tuvimos agua, aguantamos un intenso verano, incendios forestales, no tenemos buenas vías, hacen falta insumos y estamos sin energía; así hemos estado viviendo los últimos 4 meses”, puntualizó Rivero.
El panorama luce complicado en una región a la que nadie parece prestarle atención, en la que sus productores coinciden en la urgencia de contar con soluciones prontas y en el llamado que hacen al Ministerio de Agricultura para que mantenga el programa de las bodegas ganaderas.