En el Día Internacional de la Mujer, CONtexto ganadero resalta la labor de las mujeres que se dedican a la producción agropecuaria y que lideran organizaciones que buscan mejorar la calidad de vida de los trabajadores rurales. Cada vez más, las mujeres están ejerciendo un papel más determinante en el sector primario de la economía. Así lo concluyó el Tercer Censo Nacional Agropecuario, que aseguró que “en los últimos 40 años, la mujer ha ganado un espacio importante en la administración y toma de decisiones”. En su estudio, se evaluaron las Unidades Productoras Agropecuarias, UPA, tales como el cultivo de plantas, la cría de animales, las prácticas agropecuarias, el uso sobre los medios de producción y la venta de los productos agropecuarios. (Lea: El rostro femenino en la ganadería colombiana) De acuerdo con el censo, cuyos resultados fueron publicados el año pasado, hay 263 mil 981 mujeres productoras residentes de manera permanente en la UPA que toman decisiones, frente a 461 mil 244 hombres. En porcentajes, la participación de las mujeres corresponde al 26 % mientras que los hombres tienen 61,4 %. El 12,6% restante corresponde a unidades donde mujeres y hombres toman las decisiones entre los 2. Sin embargo, Ruth Mariela Jurado, presidenta de la Asociación de Ganaderos del municipio de Santiago, Asogasan, en Putumayo, aseguró que falta mayor apoyo a la mujer rural. (Lea: Mujeres ganaderas de Putumayo se destacan por su labor en el sector) “Muchas de las mujeres asociadas están dedicadas de tiempo completo a la producción de leche en pequeña escala. Hemos recibido algunos beneficios del Gobierno, pero ya hace un año que no hemos tenido apoyo. Yo pienso que no existe un mayor fortalecimiento del sector ganadero y más aún a las mujeres que nos dedicamos a la producción en el campo”, declaró. La asociación está compuesta por un gran número de mujeres cabeza de familia, pertenecientes a la comunidad indígena o desplazadas. A pesar de que han trabajado desde hace 6 años como gremio constituido, han tenido muchas trabas para aplicar a los proyectos y ayudas del Estado. Celeste Volpe de Llinás, propietaria de la finca Ayacucho de Sabanalarga, Atlántico, lleva más de 50 años ejerciendo la ganadería. Inició a los 26 años y hace poco cumplió 78, sin haber estudiado ninguna carrera profesional. Sin embargo, aseguró que desde muy pequeña quiso ser productora pecuaria y todos sus esfuerzos se enfocaron en llevar a cabo esta actividad. (Lea: Las mujeres se abren un espacio y dejan huella en el campo) “Yo he visto el cambio a través de los años, porque yo empecé hace mucho tiempo. Cuando me lancé a la ganadería, casi no había mujeres. Pero a medida que han pasado los años, he notado que se ha incrementado su participación por la necesidad y por el cambio en las costumbres”, dijo. En efecto, señaló que las mujeres han tenido que asumir las riendas de las fincas por gusto o porque recibieron una herencia. Pero también lo hacen para ayudar a sus esposos que están ocupados en otras actividades o porque ellos murieron o fueron asesinados. Volpe de Llinás es una mujer decidida que se abrió campo en un mundo dominado por los hombres y por eso afirmó que más allá del apoyo, todas aquellas que quieran desempeñarse en este u otro sector deben hacerlo con la convicción de que lo van a lograr. (Lea: Mamás en el sector rural, un ejemplo de pasión y constancia) “La mujer debe prepararse para competir y salir airosa, no dejarse vencer por las dificultades. Hay muchas mujeres vinculadas a la ganadería, por distintas razones, y eso lo veo con mucho agrado porque me parece que son muy buenas administradoras”, remató.