Dirigentes gremiales advirtieron que debido a sus pronunciamientos sobre la gestión del jefe de la cartera, Aurelio Iragorri Valencia, y otros funcionarios del Ministerio, los habrían excluido de la ejecución de los Ciclos de Vacunación en 2016.   El año pasado se conocieron múltiples traumatismos ocasionados por los cambios en los Ciclos de Vacunación contra fiebre aftosa y brucelosis, que se dieron por la decisión del ministro Iragorri de apartar a la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, como operador; esto luego de liderar exitosamente dicho proceso por más de una década.   A esto se sumó la determinación de la Superintendencia de Sociedades de liquidar el Fondo Nacional del Ganado, FNG, pocos días antes del inicio del primer Ciclo de 2016. (Lea: Inconvenientes en vacunación de 2016 podrían agravarse este año)   Aunque este fue un duro golpe para el sector, no impidió que los profesionales del FNG y comités de ganaderos del país cumplieran con su labor y entregaron resultados satisfactorios.   Sin embargo, estos resultados se lograron en medio de un ambiente enrarecido y dominado por la incertidumbre, pues los funcionarios del Fondo tuvieron que sortear muchas dificultades para desempeñar su tarea   De igual manera, las organizaciones ejecutoras (comités y asociaciones de ganaderos) se vieron en aprietos por fallas en el suministro de dosis y equipos, así como en el pago de la contraprestación. (Lea: Preocupan inconvenientes causados en el II Ciclo de Vacunación de 2016)   Pero lo que más causó preocupación entre los dirigentes gremiales fue el hecho de que el ministro Iragorri y sus funcionarios no solamente retiraron a Fedegán del Ciclo, sino que también lo hicieron con otros comités como retaliación contra aquellos que apoyaban al gremio cúpula de la ganadería.   Perder el manejo del Ciclo resulta devastador para un comité, pues cada organización recibe una contraprestación por cada vacuna aplicada que pueden invertir en programas de capacitación o incluso en el mejoramiento de sus sedes, como ocurrió con el Comité de Ganaderos del San Jorge y La Mojana, en Sucre. Además, desde que se terminaron los programas financiados con el fondo parafiscal, prácticamente solo reciben estos recursos de fuente externa.   El ejemplo más notorio ocurrió en Casanare, donde los comités de Tauramena y Trinidad fueron excluidos del segundo Ciclo de Vacunación sin que nadie les diera razón sobre las razones que motivaron a la toma de esta decisión.   En noviembre de 2016, José Uriel Ruiz Aguirre, presidente del Comité de Ganaderos de Tauramena, aseguró para este portal que le quitaron el proyecto local de vacunación. (Lea: Comités no percibieron aumento del pago de la vacuna contra aftosa)   "No entendemos como nos quitaron el Ciclo cuando veníamos cumpliendo unas metas del 99.9 % de cobertura. No sabemos cuál fue el motivo si estábamos al día con los laboratorios y la parte técnica estaba muy bien ejecutada", declaró.   Por su parte, Yonency Amaya Becerra, presidente del Comité de Trinidad, reprochó que la ejecución del programa de vacunación fuera entregada al Comité Departamental de Ganaderos del Casanare, que no contaba con la experiencia de las otras 2 organizaciones.   De acuerdo con el representante de los ganaderos de Tauramena, este cambio se debió a la influencia de María Lucila Reyes en Casanare, presidente ejecutiva del comité departamental y vicepresidente de la junta directiva de la Nueva Federación Ganadera, NFG.   Esta organización paralela a Fedegán se creó con la connivencia del Gobierno Nacional y el Ministerio de Agricultura, para hacer frente al gremio cúpula de la ganadería y a su presidente ejecutivo, José Félix Lafaurie. (Lea: Cambios en manejo del Ciclo de Vacunación preocupan en Casanare)   En La Guajira, ocurrió un caso similar en el primer Ciclo de Vacunación. Durante años, el Comité de Ganaderos de Maicao se encargó de ejercer esta tarea con resultados satisfactorios, aun cuando tenían la difícil tarea de vacunar en ganados trashumantes que se movían todos los días, por lo que no podían hacer programaciones sino perseguir a los indígenas nómadas.   Pero en abril de este año, el Comité de Ganaderos de Riohacha sostuvo una reunión con Juan Pablo Pineda, viceministro de Asuntos Agropecuarios, quien les prometió que les daría la operación del Ciclo, a pesar de no contar con la experiencia que tenía el comité de Maicao.   Una persona cercana al proceso manifestó que la molestia de los ganaderos del municipio de La Guajira no se debió a la asignación del comité de Riohacha sino a la falta de un proceso adecuado para determinar si este gremio tenía la capacidad de asumir la tarea.   Este tipo de acciones solo pueden hacerse en zonas donde hay 2 o más organizaciones representativas, pues en otros departamentos no ocurre lo mismo. Por ejemplo, en Norte de Santander, Andrés Hoyos Arenas, presidente del Comité departamental, consideró que la cartera agropecuaria no podría retirarlo del Ciclo debido a la experiencia de su gremio.   Caso contrario sucede en el interior del país, donde una fuente declaró que un dirigente gremial había decidido no hablar más de la gestión de Iragorri o de cualquier otro funcionario en este medio por temor de que la operación del programa se la entreguen a otro comité.   “Él hizo unas declaraciones hace algunos meses pero ya lo regañaron del Ministerio. A él no se lo dijeron de frente pero le preocupa que de pronto le puedan quitar el Ciclo”, sostuvo.