En el departamento del Cesar, la inseguridad ha alcanzado niveles alarmantes, generando una atmósfera de zozobra y temor entre los productores ganaderos de la región. El reciente secuestro de Cristian Serrano, un conocido ganadero, en su finca ubicada en la vereda Los Angeles, en el municipio de Río de Oro, ha profundizado la preocupación en el gremio. (Lea en CONtexto ganadero: Confesos asesinos de ganadero responderán por los delitos de secuestro y homicidio agravado)
El secuestro, atribuido al Ejército de Liberación Nacional (ELN), no es un hecho aislado, sino una muestra más de la serie de actos delictivos que acechan a los ganaderos de esta región, quienes ahora sienten miedo de hablar sobre la situación de inseguridad e incluso de visitar sus propias tierras.
En el Cesar, la presencia de grupos armados ilegales, especialmente en áreas rurales, ha sido un problema persistente. Sin embargo, la intensificación de los actos violentos recientes como el secuestro del ganadero Serrano, ha exacerbado el clima de tensión entre los productores.
Los ganaderos, que durante años han luchado por mantener sus tierras productivas a pesar de las dificultades, ahora enfrentan una amenaza creciente: el temor de ser las próximas víctimas.
El secuestro de Serrano ha dejado una marca en la comunidad ganadera. Este hecho, que ocurrió en su finca, un espacio que se considera de trabajo y, en cierta medida, de refugio, envía un mensaje inquietante: ya no existe un lugar seguro para los ganaderos.
La noticia del secuestro se ha extendido rápidamente, generando una reacción de preocupación y temor en la región. Los ganaderos y trabajadores del campo han optado por guardar silencio sobre el tema, evitando declaraciones por miedo a represalias. Incluso en círculos privados, muchos prefieren no expresar sus temores, conscientes de que cualquier declaración puede ser mal interpretada y utilizada en su contra.
La situación de inseguridad no solo afecta emocionalmente a los ganaderos, sino que también impacta de manera directa en su productividad y economía. Muchos han tenido que limitar sus visitas regulares a sus fincas o reducir las operaciones para minimizar el riesgo.
La falta de seguridad genera un clima desfavorables para la inversión. Los ganaderos están comenzando a considerar alternativas para proteger su capital. La pérdida de confianza en la capacidad del Estado para garantizar la seguridad afecta la cadena productiva ganadera, lo cual impacta en el mercado laboral y en la economía local. (Lea en CONtexto ganadero: ¿La inseguridad pone en riesgo la inversión en ganadería?)
Además, la situación de inseguridad no es homogénea en el Cesar, existen áreas específicas donde la presencia de grupos armados ilegales es particularmente fuerte. Los ganaderos del sur del departamento viven con zozobra ante la constante presión por parte de los grupos armados ilegales que se han establecido.
La presencia del ELN y otros grupos armados no solo aumenta el riesgo de secuestro, sino que también afecta a los trabajadores de las fincas y a la comunidad en general. En algunos casos, se han reportado robos de ganado, lo cual afecta tanto a los pequeños como a los grandes productores.
Frente a estos problemas, las autoridades locales han anunciado medidas de seguridad y operativos conjuntos entre el Ejército y la Policía para controlar la situación. No obstante, los ganaderos y la comunidad expresan dudas sobre la efectividad de estas estrategias. En repetidas ocasiones, se han prometido soluciones que, en la práctica, no han logrado disminuir la violencia en la región.
José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), expresó en su red social X, que “alertamos a los ganaderos de la zona del Sur del Cesar y de Norte de Santander del secuestro de Cristian Serrano ocurridos hace apenas unas pocas horas por parte del ELN según informan sus familiares. Entretanto desde Caracas emiten comunicado gaseoso para continuar proceso paz”.