El vocero de la asociación de ganaderos local aseguró que ante la decisión adoptada por el Invima, el costo del cárnico ha subido considerablemente. Muchas personas han aprovechado para sacrificar semovientes sin los mínimos establecidos en materia sanitaria.   Apartados de todo lo que ocurre en el centro del país se encuentran los habitantes de Guainía, uno de los departamentos más distantes que tiene la geografía nacional. En la región desde hace un par de semanas fue adoptada una determinación que ha generado polémica y que tiene en riesgo la salud de sus habitantes. Se trata del cierre de la planta de sacrificio local. (Lea: El desengaño de los ganaderos del Guainía con el Gobierno)   La decisión, que fue adoptada por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos de Colombia, Invima, no ha caído muy bien entre los ganaderos del departamento, quienes aseguran que la salud pública del departamento está en riesgo debido a que la carne sigue llegando, pero se desconoce su procedencia.   Luis Carlos Sandoval, presidente de la Asociación de Ganaderos del Guainía y Vichada, Asoguavi, condenó la determinación del Invima, ya que la entidad en ningún momento explicó los motivos por los que procedían a cerrar el matadero. (Lea: Planta de beneficio animal en Fundación lleva 3 años a la deriva)   “Ellos hicieron la diligencia, clausuraron la planta y se fueron del departamento. En ningún momento explicaron cuáles eran las falencias y tampoco tuvieron en cuenta el daño tan grave que eso genera. Es más, estamos seguros que nuestro departamento tiene los mejores expendios de carne de Colombia, como para que la entidad sea tan arbitraria a la hora de tomar ese tipo de decisiones”, argumentó Sandoval.   Los efectos del cierre temporal de la planta no se han hecho esperar, el precio de la carne que anteriormente oscilaba entre los $14 mil por kilo ya está sobre los $17 mil o $18 mil. La razón, el producto lo están comprando en Bogotá y deben pagar alrededor de $300 mil por tonelada, lo que ha disparado el costo. (Lea: Policía desmanteló matadero clandestino en Bucaramanga)   La otra dificultad es la salud pública, una de las preocupaciones en la que más enfatizó el dirigente local, ya que ante la permanente demanda de carne de res y cerdo, comercializadores informales han optado por hacer el sacrificio en lugares clandestinos, poniendo en riesgo la salud de los guainianos.   “Nosotros le pedimos a los señores del Invima que nos reabran la planta, es preferible que el beneficio se haga en las condiciones que está y no en un río o en el piso”, remató Sandoval. (Lea: Fundación se quedaría sin planta de beneficio animal por una firma)   Este diario quiso conocer la opinión de Luis Fernando Guevara, secretario de Salud del Guainía, frente a la problemática sanitaria que se está presentando en el departamento, pero el funcionario no atendió los llamados hechos a su despacho. Tampoco nadie del Invima se quiso pronunciar sobre el tema del cierre ni entregó fechas de una eventual reapertura del sitio de faenado.