Las lluvias que azotan a Guadalupe, Oiba, Guapotá y Suaita, en Santander, generaron descargas eléctricas que causaron la muerte a más de 20 bovinos. Aunque esta clase de precipitaciones son normales, los ganaderos están preocupados por las pérdidas económicas que este fenómeno genera.

Santander es un departamento de contrastes. Mientras muchos ganaderos claman por una gota de lluvia, las fuertes precipitaciones han causado la muerte de bovinos. ¿La razón? Una serie de descargas eléctricas que han impactado a las reses. (Lea: Aprenda a cuidar su hato de los efectos de los vendavales)

Esta situación la vienen padeciendo los productores ubicados en los municipios de Guadalupe, Oiba, Guapotá y Suaita, regiones en donde los constantes aguaceros han incidido de forma negativa en la economía de los empresarios, ya que los animales que perecen por cuenta de los rayos quedan inservibles.

Javier Aguilar, profesional en Gestión Productiva y Salud Animal de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, para Socorro y municipios aledaños, aseguró que en la zona hay un punto conocido como ‘cielo roto’ en donde las elevadas precipitaciones son las que afectan considerablemente la rentabilidad del quehacer productivo. (Lea: Muerte súbita de bovinos, un mal del que no escapa ningún ganadero)

“En esas poblaciones caen cerca de 3.500 milímetros de agua en el año, por lo que es común que se presente una elevada mortandad de bovinos por cuenta de los rayos, los cuales impactan a las reses dejándolas carbonizadas perjudicando su carne, ya que es muy poco lo que se puede aprovechar después de una descarga de esta naturaleza”, afirmó Aguilar.

¿Qué hacer en caso de que un rayo caiga sobre un bovino?

Lo más factible es que muera de forma inmediata, pero si eso no ocurre, lo que se les recomienda a los ganaderos es hidratar permanentemente al animal con el propósito de que recupere sus fluidos, mientras que las quemaduras deben tratarse con cremas especializadas para ese tipo de dolencias. (Lea: ¿Qué es el cambio climático?)

Si el panorama es más grave, lo recomendable es acudir ante un médico veterinario para que el especialista recomiende analgésicos y antibióticos, debido a que las descargas eléctricas generan hemorragias internas en los semovientes.

Carolina Vásquez, profesional de Gestión Productiva y Salud Animal de Fedegán en Antioquia, les recomendó a los ganaderos no tener potreros abiertos en su totalidad, contar con pararrayos, mantener árboles que ayuden a resguardar a los animales y vigilar el estado de las cercas eléctricas que son conductoras de energía. (Lea: En materia de clima, Colombia no conoce término medio)