Para algunos productores, las precipitaciones han sido favorables a lo largo del año, permitiendo una oferta suficiente de agua y alimento para los bovinos. Sin embargo, en algunos municipios se han intensificado, por lo cual se han declarado alertas por posibles inundaciones.
Néstor Stave, propietario de un predio en San Juan Nepomuceno, contó que el mes de octubre que culminó fue el mes más lluvioso del año, con cerca de 300 mm, superando a los más de 200 mm que cayeron en mayo pasado, por lo cual lo calificó como un año beneficioso.
“Durante una semana hubo muchas precipitaciones, aguaceros de 15 o 20 mm, pero también otros 70 y 80 mm, uno hasta de 140, lo que es bueno, pero eso puede traer complicaciones y daños”, reveló. (Lea: Bolívar empieza a recuperarse gracias a las lluvias)
En efecto, en varios municipios el Ideam declaró la alerta por crecientes súbitas de ríos y arroyos, entre los que están Santa Rosa del Sur, Montecristo, Achí, San Jacinto del Cauca, Magangué, Clemencia, Turbaco, Santa Catalina, Santa Rosa de Lima, Zambrano, Villanueva y Córdoba-Tetón.
Pero como señaló el empresario de San Juan, los aguaceros han sido sectorizados e incluso en la región donde tiene su ganadería, ha visto cómo algunas fincas han recibido más agua que otras, por lo cual estas últimas aún padecen la inclemencia de la sequía.
“Hay una zona donde llueve más, parece una frontera de agua porque hacia San Juan, el municipio grande, hay una parte donde han caído muchos menos aguaceros”, apuntó Stave. (Lea: El Caribe vive un contraste climático a causa de las recientes lluvias)
El productor ha sufrido él mismo esta sectorización, pues en uno de los terrenos el verano fue más intenso y se prolongó hasta julio. En cambio, en otros 2 potreros que estaban más alejados el uno del otro (alrededor de 15 km), recibieron la misma cantidad de agua.
En los territorios donde no ha llovido, los ganaderos han tenido problemas para sostener a sus animales, que están flacos por la escasez de forraje y han disminuido su producción de leche. Esto ha obligado a los queseros a buscar un producto de mejor calidad con otros proveedores.
“Además, esta zona es muy agrícola. En primera instancia, la cosecha se perdió. La gente siguió trabajando y ahora están sembrando yuca, ñame, y están contentos los campesinos”, contó el empresario. (Lea: Ganadero, aproveche la época de lluvia para almacenar alimento)
Por lo pronto, los ganaderos confían que el ciclo de lluvias se mantenga hasta noviembre o principios de diciembre, como ha sido habitual, pero que no se intensifiquen y ocasionen más daños, como desbordamientos de ríos o inundaciones en cabeceras municipales.