La presencia de felinos es normal en la región de Sabana de Torres, Santander, pero la alteración de los ecosistemas y la caza indiscriminada de venados ha ocasionado la migración de estas especies a las explotaciones pecuarias en búsqueda de alimento.
Dos depredadores vienen merodeando las fincas ganaderas en la zona baja de Sabana de Torres. Se trata de animales ágiles y feroces, y sobre todo hambrientos, que tienen preocupados a los habitantes de la región. Terneros y cabras son sus presas predilectas, las cuales viven con zozobra ya que no saben cuándo será el próximo ataque. (Lea: En Vichada, jaguares se comen el ganado a causa de la deforestación)
Los animales que están listos a atacar las vacas son los pumas y jaguares, que aunque siempre han vivido en la región, han ido migrando hasta las fincas ganaderas en búsqueda de comida, ya que los cazadores han acabado con los venados, alimento predilecto de los felinos.
Según explicó James Murillo, director de la Fundación Cabildo Verde, esta situación no es nueva, aunque se ha venido presentando con más frecuencia, ante la alteración de la cadena alimenticia natural de las especies salvajes, lo que los ha obligado a buscar comida para seguir sobreviviendo, siendo este caso las vacas o las cabras las que sufren los ataques. (Lea: Razas casanareño y sanmartinero pueden salvar el ganado de ataques felinos)
“No es que haya presencia de jaguares o pumas, sino que se han intensificado las intervenciones en su hábitat, lo que ha obligado al animal a migrar por esas circunstancias. (…) Es un problema que no se va a solucionar sacándolos, porque no hay a donde llevarlos. Actualmente no hay un protocolo o un lugar apto que soporte su presencia, ni siquiera los parques naturales, porque ellos ya deben tener en su jurisdicción este tipo de especies”, argumentó Murillo.
Una de las alternativas de solución que propone el director de Cabildo Verde es la prohibición de la caza indiscriminada de venados en cercanías a las explotaciones pecuarias, por lo que pidió el apoyo y colaboración por parte de los productores de la región de Sabana de Torres para que sean parte de la solución. (Lea: Producto del verano, los manatíes están en riesgo de extinción)
“Las fincas ganaderas deberían prohibir rotundamente que los empleados y las personas que pasen por ahí desarrollen la cacería y las autoridades de Policía ayudarían mucho con controles más exigentes, porque así no se altera la cadena alimenticia de los jaguares”, concluyó James Murillo.
Esther Prince Durán, profesional en Gestión Productiva y Salud Animal de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, en Sabana de Torres, aseguró que los productores les temen a los pumas y jaguares, por lo que cuando están merodeando la finca prefieren llamar a Cabildo Verde, para evitar agredirlos o viceversa. (Lea: Google lanza observatorio mundial de la deforestación)
“Ellos están en una región selvática, en cercanías a la ribera del río Magdalena, donde también hay presencia de manatíes. El problema es que están llegando hasta las fincas, por lo que la gente está buscando la manada para tratar de sacarlos de ahí, y que no sigan perjudicando a las vacas”, expuso la funcionaria.
Hace algunos meses, CONtexto Ganadero reseñó la presencia de jaguares en explotaciones pecuarias en Vichada, a causa de la deforestación, por lo que los empresarios de la zona habían tenido que aprender a convivir con estos depredadores. (Lea: Fuleco, mascota del Mundial, necesita ayuda para no extinguirse)