Jaime de la Ossa y Luz Mercedes Botero analizaron la importancia de siete rutas trashumantes de este departamento, señalando que salen vacunos de Sincelejo, Corozal y Sincé para ser recibidos en San Marcos y Caimito. Para ambos, las vías pecuarias son un “legado histórico nacional”.

En su trabajo “Vías pecuarias e importancia en la trashumancia ganadera”, publicado en la Revista Colombiana de Ciencia Animal en 2013, los autores analizaron las vías pecuarias que recorren los productores de Sucre para resguardar a sus animales.

Tomaron como municipios representativos por su arraigo ganadera y por las evidencias tradicionales de trashumancia a Sincelejo, Corozal y Sincé en la parte alta, con 200 m s. n. m. en promedio, y a San Marcos y Caimito en la parte baja, a una altura entre 0-50 m s. n. m.

Por razones geográficas excluyeron poblaciones de Sucre, cuya tradición trashumante, dada su ubicación geográfica, está dirigida a tierras bajas de los departamentos vecinos de Córdoba y Bolívar. (Reportaje: Trashumancia y dinámicas socioculturales en Magangué y Mompox)

En la siguiente tabla se puede apreciar las distancias medidas, siendo la menor la que recorren los ganaderos entre Sincé y San Marcos con 89 km, y la mayor la distancia que hay entre Sincelejo y San Marcos con 121 km:

La distancia media recorrida en línea recta fue de 98,33 km (89-121, DS 11,07), dos veces al año, de ida al inicio de la sequía y de regreso al inicio de la época de lluvias. (Lea: La trashumancia, candidata a patrimonio cultural inmaterial de la Unesco)

Argumentaron las vías pecuarias funcionan como elementos complementarios de las sociedades ganaderas, pues tradicionalmente se usan para comunicar zonas adecuadas de pastura mediante migraciones estacionales, poseen valor patrimonial y son parte de la cultura regional.

A su juicio, “que son promisorias a nivel de novedosas participaciones económicas alternativas como el ecoturismo, como campo para investigación social y ambiental, y como legado histórico nacional”. (Lea: Sucreños apelan a trashumancia como respuesta a intensa sequía)

En vista que Colombia es un país en vía de desarrollo, los autores manifestaron que se deben cuidar y mantener los modelos de vida tradicional, en aspectos como seguridad alimentaria, empleo rural, generación de riqueza local, identidad cultural y participación ciudadana.