Sin embargo, la finca que está ubicada en el corregimiento de Belén del municipio sucreño, se quemó. La comunidad que vive en esa zona salió a apagar el incendio, pues los bomberos no respondieron al llamado. Las llamas iniciaron a las 8 de la noche. El administrador del predio, Julio Olimpo, percibió el humo y alertó al dueño.   Según Taboada, al solicitar ayuda les dijeron que debían llamar a los bomberos en Sampués, que está a 2 horas de San Marcos. Por esta razón, fueron cerca de 100 personas las que se acercaron a prestar su ayuda para apagar las llamas con el agua de las reservas hídricas, golpeando el fuego con material vegetal y cavando guardafuegos con tractor y palas.   A las 2 de la mañana del miércoles se logró controlar la mayoría del incendio, pero hoy en día hay muchas partes con materia vegetal seca que desprenden humo debido a las altas temperaturas. En total, se perdieron más de 2.000 árboles y cerca de 30 hectáreas de pastos mejorados. (Lea: Incendios complican la situación del verano en Santander)   “La versión de varios vecinos es que algunas personas desadaptadas prendieron candela, causando el incendio. No se sabe quiénes fueron porque eso sucedió en horas de la noche. Lo cierto es que el incendio no se inicia por sí solo”, expuso Taboada.   El propietario aseguró que así como fueron los mismos pobladores los que lo ayudaron a controlar la conflagración, uno de ellos pudo haber sido el causante del incendio. Ya interpuso la denuncia ante las autoridades, y está a la espera de que lo dicen las investigaciones. (Lea: Cazadores de tortugas provocan incendios y millonarias pérdidas)   Emigdio Surmay Vergara, director ejecutivo del Comité Ganadero de San Jorge y La Mojana, mostró la solidaridad que tiene el gremio y se manifestó ante la crisis que atraviesa el sector ganadero.   “A nosotros los productores del sector ganadero parece habernos caído las siete plagas de Egipto. Primero el abandono del Estado, las políticas mal estructuradas del Ministerio, el abigeato, las fluctuaciones en los precios de la leche y la carne, las olas invernales, las sequías prolongadas, la extorsión por parte de grupos armados al margen de la ley, y ahora como valor agregado negativo, unos vándalos acaban con lo poco que nos queda”, dijo.   Taboada se mostró “decepcionado y triste” porque su trabajo de más de 10 años se fue al traste luego de este episodio. (Lea: Suelos afectados por incendios no tienen capacidad para afrontar La Niña)   “Esta finca es un pulmón de San Marcos, que aporta al ecosistema de la región. Uno trata de hacer las cosas bien, con responsabilidad social y ambiental, y en unas horas dañan el trabajo de 10 años. Esperamos que las investigaciones den con los responsables de este hecho”, dijo.