Aunque elaboró silos y henos y los almacenó para la época crítica, el alimento se agotó mucho antes de que regresaran las primeras lluvias. En vista de que no tenía forraje para sus semovientes, Urbina empleó su maquinaria para cortar pastos de una finca de palma ubicada a 12 kilómetros de su predio.   Añadió que esto fue una bendición para él, mas no completa, pues el trayecto por la carretera y las dificultades para transportar las máquinas hacían muy difícil el traslado de la comida de un sitio a otro. Por eso, el regreso de las lluvias fue considerado por Urbina como la señal que tanto estaban esperando.   “Hay que volver a sembrar pasturas porque desaparecieron. Los animales comieron lo poco que quedaba hasta que el terreno quedó seco. Toca volver a hacer lo que hicimos hace 30 años: arar la tierra, buscar semilla, aplicar fertilizante y volver a sembrar como en esa época”, manifestó. (Lea: Ganaderos en Cesar reclaman por desatención del Gobierno)   Jaime Mejía, ganadero de Becerril, también está agradecido por la aparición de las lluvias, después de que su predio fuera casi destruido por el verano. A pesar de que lamenta todo lo perdido, es consciente de que el único camino que le resta es seguir adelante con su actividad.   “Gracias a Dios hay unos aguaceritos que están recuperando las pasturas después de un verano muy difícil, muy apretado, con ganando muriéndose”, contó. (Lea: Ganaderos le recuerdan al Gobierno que la crisis aún no ha terminado)   El productor tuvo una pérdida considerable, pues en total murieron 25 bovinos debido al fuerte verano y a la falta de comida y agua para sostenerse. Por esta razón, sintió un profundo alivio una vez cayeron los primeros aguaceros.   “Estamos tratando de recuperar los pastos, no en un tiempo rápido, pero ahí vamos, de forma lenta. También usamos pozos y el río que nos pasa cogió un poquito de agua porque llovió en la Sierra”, manifestó.   En días pasados, el secretario de Agricultura del Cesar, Carlos Eduardo Campo, aseguró a CONtexto ganadero que desde 2014 el sector productivo del departamento ha registrado pérdidas por más de $774 mil millones, lo que corresponde al 48 % del PIB anual de ese renglón de la economía. (Lea: El verano sigue golpeando a los ganaderos del Sur del Cesar)   Por ahora, lo único que esperan los ganaderos es que caigan más aguaceros para poder recuperar por completo sus predios y que las entidades gubernamentales les presten ayudas en alimento y créditos para poder superar la crisis.