El representante de la entidad explicó que tomaron esta determinación debido a la escasa presencia de la Fuerza Pública en la zona rural, pues la Policía se concentra sobre todo en el casco urbano.   A esto se suman los pocos controles de las autoridades, que permiten el tránsito del ganado robado a un embarcadero clandestino desde donde finalmente trasladan los bovinos a otras zonas del departamento. (Lea: El abigeato no es exclusivo de las principales zonas rurales del país)   “Los animales se los llevan a pie, a otro pueblo donde tienen embarcadero, y de allá salen viajes a distintos municipios. (…) La Policía por acá ni se asoma, entonces por eso le toca a uno (vigilar la zona)”, manifestó.   De acuerdo con De La Ossa, la vigilancia ejercida por ellos mismos ha resultado efectiva, pues en días pasados encontraron a 2 cuatreros en flagrancia que pusieron a disposición de las autoridades. Sin embargo, al día siguiente los soltaron.   Juan Carlos Gustillo, habitante en Magangué, también se quejó por la falta de apoyo de las autoridades. A principios de año reportó el robo de 2 de sus novillas y puso la denuncia ante la Fiscalía local, pero después de 15 días no se tuvo noticia del paradero de las reses.   Un caso similar también fue reportado por CONtexto ganadero hace un mes en el municipio limítrofe de Pinillos. Rolando Rangel Rodríguez, productor de esta población, contó que a su hermano le robaron 6 novillas de un viaje que traía desde La Guajira y que puso la queja en Magangué, pero no sucedió nada.   Así como De La Ossa, contó que la Policía solo se encarga del casco urbano y deja de lado las fincas y demás propiedades que están en zona rural. (Lea: El abigeato se ha convertido en un delito sistemático en Colombia)   Los 3 ganaderos esperan más apoyo de las autoridades frente a este fenómeno, sobre todo ahora que inicia la temporada decembrina y se suelen incrementar este tipo de acciones delincuenciales.