En poblaciones como Magangué y Mompox, productores aseguran que las industrias dedicadas al acopio de la leche se fueron de la zona y dejaron de comprar la leche que ellos obtienen. Hace 20 años, funcionarios de empresas reconocidas de la época como Proleche llegaron un buen día al municipio de Magangué y negociaron con los productores para comprarles la leche. Al día siguiente, se llevaron más de 5.000 litros, lo que dio inicio a una próspera relación entre los ganaderos y la industria lechera. Hoy en día, por cuenta de las dinámicas propias del mercado como la compra de Proleche por parte de Parmalat y la implementación de los Tratados de Libre Comercio, TLC, ya no se ve ninguna empresa en esta cuenca lechera. (Lea: Industria manipula bonificaciones voluntarias para bajar precio de leche) Así lo aseguró Guillermo Mejía Perea*, miembro de un importante gremio ganadero, quien reveló que los únicos comprados de la leche que produce la región son los queseros informales, que dominan el mercado lácteo. “Los compradores de la zona son meramente queseros. Las empresas captadoras y transformadoras han desaparecido de aquí. Antes teníamos presencia de Proleche y otras marcas que dejaron de hacer presencia en el municipio”, contó. Por esta razón, los ganaderos de la cuenca lechera de municipios de Bolívar, Magdalena y Sucre que hacen parte de la Depresión Momposina, tuvieron que optar por vender su producto a dichos queseros. (Lea: Ganaderos del Caribe temen reducción en el pago de la leche) Según Mejía, esta es una región de constante producción lechera durante todo el año debido a la trashumancia, que hace que en cualquier época se instale una gran cantidad de bovinos en esas tierras. “No tenemos empresas que nos garanticen la compra de la leche, sino que estamos a merced del que mejor paga y actualmente son ellos (los queseros), pero este es un mercado aún más incierto porque varían mucho más el precio. Además, estar sometidos a la voluntad de un solo captador no nos da estabilidad”, precisó. En efecto, la ausencia de otras acopiadoras lácteas en la zona ha hecho que los queseros formen un monopolio con el cual pueden controlar el precio a su antojo. (Lea: Producción de leche se redujo hasta en un 60 % por cuenta del verano) Aunque el productor reconoció que la situación no es mejor con la industria, señaló que esta cumple un papel importante porque exige calidad a los productores, algo que nunca harán los compradores informales. Mejía aseguró que no tiene claras las razones por las cuales estas empresas decidieron abandonar Magangué y los otros municipios. Sin embargo, se aventuró a señalar los Tratados de Libre Comercio y a las importaciones como los responsables de que los industriales prefieran los lactosueros comprados en el exterior que la leche producida en el país. “A ellos (los industriales) no les resulta rentable captar la leche en estas zonas si pueden importar con menor valor la tonelada de leche en polvo. La antigua Proleche tenía 2 pulverizadoras pero obviamente les resultó más barato comprar el producto afuera”, sostuvo. (Lea: Caen precios de lácteos en el Caribe) Agregó que la dificultad de acceso a la zona y el costo del transporte también pudieron haber influido en la decisión que tomaron las empresas de dejar de acopiar la leche de estos ganaderos. En todo caso, para Mejía, la única solución es que el Gobierno Nacional facilite ayudas a los trabajadores pecuarios para mejorar la productividad láctea así como incentivos para permitir que estas empresas regresen y regulen el mercado en esta región.