Los productores de bovinos destinaron el último año 892 hectáreas al cultivo de chontaduro y produjeron 3.600 toneladas. Lo hicieron para complementar sus actividades ganaderas, mejorar el medio ambiente y generar flujo de caja.   Ganaderos del departamento del Guaviare, además de su actividad económica principal, buscaron una alternativa que les permitiera mejorar sus ingresos y trabajar de manera armónica con el medio ambiente: la siembra de chontaduro.   “Diversificaron su producción con el cultivo de chontaduro -cuyo nombre científico es Bactris gasipaes- y algunos le han dedicado hasta 10 hectáreas de sus tierras”, manifestó Aldemar Gavilán representante legal del Comité de Ganaderos del Guaviare. (Lea: Guaviare, un territorio apto para la ganadería)   Este producto genera una sola cosecha al año. “Precisamente ahora se encuentran recogiéndola. Lo hacen durante diciembre, enero y parte de febrero”.   Salen tractomulas de 10, 12 y 14 toneladas todos los días y son llevadas para venderlas en las grandes ciudades capitales del país.   La fruta procede de una palmera que puede llegar a alcanzar los 20 metros de altura, con lo cual, los ganaderos contribuyen al mejoramiento del medio ambiente en sus unidades productivas.(Lea: "Ganadería contribuye más al medio ambiente que agricultura": Rua Franco)   A la vez que la palmera produce dicha fruta, suministra sombra al ganado y se convierte en una barrera rompe vientos que protege las praderas y les proporciona un mayor rendimiento en su producción.   892 hectáreas   “Durante 2017 se establecieron 892 hectáreas en cultivos de chontaduro”, indicó Adrián Querubín Velásquez, secretario de Desarrollo Agropecuario y de Medio Ambiente del departamento del Guaviare.     De esas 892 fueron cosechadas 446, es decir, el 50 % de lo sembrado, que produjeron 3.568 toneladas. “El precio por arroba que en 2017 era de $28 mil, actualmente se encuentra en $14 mil”. (Lea: La importancia de implementar la ganadería regenerativa)