Mauricio Torres, un ganadero de la región, cuenta para CONtexto ganadero, que se ha visto gravemente afectado por el cierre de esta vía, que ya completó 8 días sin uso. Esta vía era usada para el traslado de ganado hasta la subasta de Mercagán, “ahora gastamos más plata en el transporte, hasta el doble” asegura Torres, quien cuenta con casi 100 reses en su finca. Esta vía, que había sido inaugurada hace poco más de un año fue cerrada tras un deslizamiento de tierra en el sector Brisas-Lisboa, en Lebrija.
Según el ganadero, los productores de la zona tienen preocupación porque no hay pronunciamiento de cuándo van a poder usar la vía nuevamente, “tenemos mucha incertidumbre porque no sabemos esto cuánto va a durar, ¿y mientras tanto qué?”. Ni la Agencia Nacional de Infraestructura, a cargo de este tramo vial, ni Ruta del Cacao, concesión de la carretera, han dado soluciones concretas a esta contingencia.
Ante la falta de respuestas, algunas personas que viven en zonas aledañas al derrumbe ya abrieron paso por su propia cuenta a una vía alterna terciaria, para no dar la vuelta por San Alberto, por donde el recorrido puede durar hasta cinco horas, es decir, tres más de lo habitual.
El gremio se pronuncia con preocupación
Carlos Rincón, director ejecutivo de la Federación de Ganaderos de la región, expresó su inquietud ante la situación para Caracol Radio. Según Rincón, el cierre de esta carretera ha tenido un impacto directo en el gremio ganadero de Santander, ya que ha provocado un aumento en los costos de transporte de ganado desde el Magdalena Medio hacia la subasta de Mercagán, ubicada en el área metropolitana de Bucaramanga.
"Vemos con mucha preocupación este cierre porque es una vía trascendental para nuestra ganadería. A través de ella, movemos el ganado hasta la subasta de Mercagán, y no solo se transporta ganado en pie, sino también carne transformada. Queremos que todas las entidades involucradas nos brinden una solución rápida, ya que el sector ganadero se está viendo fuertemente afectado", afirmó Rincón.
Una de las consecuencias más notables del cierre de la vía es la disminución en el flujo de ganado hacia la subasta de Mercagán. Según Rincón, de los 300 animales que llegan semanalmente a esta subasta, actualmente solo está arribando al área metropolitana el 70%, equivalente a 210 reses.
Si bien Carlos Rincón descartó que este problema conduzca directamente a un aumento en el precio de la carne para los consumidores finales, sí informó que está generando pérdidas y afectaciones tanto para los ganaderos como para sus distribuidores.