Así como los productores de arroz, los trabajadores pecuarios de esta zona del departamento también están alarmados por la intensificación de las lluvias en los últimos días. La Mojana, como muchas otras zonas del país, es una región de contrastes. Bañada por los ríos Magdalena, Cauca y San Jorge, se conserva húmeda la mayor parte del año. Sin embargo, debido al intenso verano de comienzos del 2016, casi sucumbe ante la sequía. Ahora, con la llegada de las lluvias, el ambiente vuelve a cambiar así como las preocupaciones de sus residentes. Mientras que antes clamaban por un aguacero, hoy quisieran que cesaran las precipitaciones. (Lea: Con la llegada de las lluvias, comenzó la recuperación en Sucre) Al menos es lo que piden productores como Hugo Hernández Mejía, propietario de la finca El Recreo en Guaranda, Sucre, quien admitió la contrariedad de su afirmación, que no por eso es menos cierta. “Nosotros los habitantes de la Mojana siempre tenemos un problema con el agua: cuando no es muy abundante, es muy escasa. Hace unos 5 meses nos acosaba el verano y morían nuestros animales. Ahora con las lluvias vienen a rematar, para que quedemos pidiendo limosna”. La preocupación de los ganaderos es siempre la misma: la falta de alimento. En la época de verano los pastos no crecían, y en esta los potreros quedan sepultados bajo las inundaciones. (Lea: Intensa sequía y sobreproblación bovina perjudican a La Mojana) Eso es lo que más inquieta a José Domingo Almanza, ganadero en San Marcos, quien ve con preocupación cómo los forrajes se están agotando por el exceso de precipitaciones. “Estamos en una zona bastante pantanosa donde, contrario a lo que pasa en la sabana, el problema es el invierno. Aquí se inundan las tierras y el pasto comienza a escasear. Cuando se hace más intenso, se presenta mortalidad en animales pequeños y en las vacas más flacas”, contó. Leandro Villarreal, ganadero de Guaranda, Sucre, explicó que eso también se debe a que muchas de las tierras de la zona están destinadas al cultivo de arroz y otros productos, con lo cual la ganadería quedó relegada. (Galería: Conozca las enfermedades que pueden aparecer en épocas de invierno) Esto hace que el poco terreno (30 % según el ganadero) tenga que ser destinado exclusivamente a sembrar pastos. Pero con el exceso de lluvias, la disponibilidad del terreno se acorta y los animales dejan de recibir tanto alimento como deberían. Esta situación hace recordar la ola invernal de 2010-2011, cuando varios ganaderos, como Almanza, perdieron sus cultivos y sus animales cuando el río Cauca se desbordó. También está el problema de las enfermedades. Villarreal advirtió sobre la proliferación de hemoparásitos por cuenta de las lluvias. (Lea: Sucreños apelan a trashumancia como respuesta a intensa sequía) “La preocupación es que aparezcan epidemias. (…) Aquí no hay planes sanitarios de una entidad pública para evitarlas sino que cada ganadero está pendiente de la salud de sus animales. Cada dueño de finca está haciendo lo propio, no a través de ninguna colectividad”, remató