Desde que el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) decretó el cierre del matadero del municipio de Tolima, los propietarios de ganado han tenido dificultades para llevarlos a los establecimientos que sí están certificados para operar.

Javier Antonio Osorio, presidente de la Asociación de Pequeños Ganaderos de Fresno, contó que la preocupación más grave de sus colegas no gira en torno a la comercialización de la leche, sino a la del ganado, porque la central de sacrificio de Fresno la cerraron.

“(Dedicarse a la producción de carne) está difícil porque no hay planta de sacrificio. El ganado lo llevan para Honda o La Dorada, pero hay que llevar una buena cantidad que lo justifique”, indicó. (Lea: Hay más de 180 mataderos de bovinos cerrados en 1er trimestre de 2020)

El Invima decreto el cierre definitivo del establecimiento en febrero de 2017, siguiendo las disposiciones del Decreto 1500 de 2007 que regula las plantas de beneficio en Colombia, lo que quiere decir que desde hace más de 3 años han tenido que buscar otros sitios.

Se trata de las plantas en Honda o La Dorada (Caldas), que están a una hora u hora y media, respectivamente. Aunque el trayecto no es tan largo, Osorio sostuvo que el transporte es costoso y la venta no es rentable porque no pueden mover un gran número de animales.

“Cobran más o menos $200 000 por una res, pero cuando es el viaje (de ganado), el valor merma porque son más. Pero para el que tiene pocos, es un problema”, dijo. (Lea: La lista de plantas autorizadas para abastecer carne a municipios sin matadero)

De acuerdo con Osorio, las alternativas de los ganaderos dedicados a la ceba son solo dos: o bien malvenden su ganado en Fresno a un intermediario o lo llevan ellos mismos a alguno de los municipios, pero como no tienen dinero suficiente, solo queda les primera.

A pesar del cierre de la central de beneficio, el presidente de la asociación reveló que se han planteado propuestas para reabrirlo nuevamente, cumpliendo con todas las normas sanitarias, e incluso un inversionista privado se ofreció a operarlo, pero todavía no hay nada concreto.

“También necesitamos un sitio donde poder comercializar los animales, porque la plaza de ferias que estaba fue demolida. Había un sitio que estaba en un litigio y finalmente la anterior administración lo usó para otro proyecto”, agregó Osorio.

Según el dirigente, las pérdidas de la central de sacrificio y de la plaza de ferias, que fue reemplazada por un parque, han sido dos duros golpes para el gremio del municipio. (Lea: Tras cambio de norma, hay 396 plantas pendientes por certificarse en Decreto 1500)

A principios de este año, hablaron con el nuevo alcalde para construir un espacio propio para vender animales, pero un nuevo golpe, la pandemia del coronavirus, obligó a aplazar estas discusiones, por lo que ya no es claro cuándo podrán recuperarse.

“Nosotros nos dedicamos a la ganadería más por pasión que por cualquier otra cosa. Los usuarios de la asociación tenemos en promedio entre 10, 12 y 15 animales, pero la gente está renunciando porque se van quedando sin ganado para pagar deudas”, lamentó.