Ganaderos de la sabana araucana denuncian graves problemáticas con el sistema de identificación que lidera el ICA. Señalan que la trazabilidad no se está realizando como corresponde y las chapetas generan daños físicos en las orejas de los bovinos. Además aseguran que algunos comerciantes que traen a Colombia ganado de contrabando desde Venezuela tienen acceso a las chapetas y 'prácticamente legalizan' los animales como si fueran nacionales. Los ganaderos esta zona del país, sostienen que además de estar en una zona de alta vigilancia, ellos son los que están llevando la peor parte del problema gracias al mal manejo que se le está dando a un proceso tan importante como la trazabilidad y la expedición de guías. (Lea: ICA solo ha trazado 9,8 % del hato animal de Colombia)
Un líder ganadero del municipio de Cravo Norte y quien prefirió reservar su identidad aseguró que a pesar de que ellos estuvieron en contra de la implementación de las chapetas, funcionarios del Gobierno en su momento aseguraron que estas iban a ser de gran beneficio para establecer la trazabilidad de los animales.
Manifestó que colocar una simple chapeta no garantiza ninguna su historial, porque se debe hacer un seguimiento riguroso del animal, desde el momento que nace hasta que llega al consumidor final, y eso el ICA no lo está haciendo.
El líder gremial señaló que las "famosas chapetas" más que un beneficio, son un perjuicio para los ganaderos pues el manejo del ganado de la región es diferente al del interior del país.
Agregó que cuando se coloca el dispositivo en muchos casos la oreja del animal se llena de gusanos y para curarlo es muy difícil ya que a veces hasta se les caen las orejas. (Lea: Ganaderos de Arauca están inconformes con labor del ICA)
Por otro lado comentó que las chapetas también están siendo utilizadas para el contrabando de animales desde Venezuela y con ella se está fomentando la actividad ilegal.
"A los animales los crían sin marcas en Venezuela hasta que cumplen un año o un año y medio. Cuando ya los negocian con comerciantes o ganaderos de Arauca, esas personas se las ingenian para adquirir más chapetas de las que necesitan, traen las reses, se las colocan y prácticamente las legalizan", sostuvo.
En ese mimo sentido se expresó Alicia Estupiñán*, ganadera del municipio de Arauca, quien comentó que al parecer, algunos funcionarios del ICA estarían vendiendo las chapetas a los contrabandistas para "documentar" los bovinos que vienen desde Venezuela.
Con respecto a la parte de sanidad animal, la productora declaró que las chapetas están generando daños físicos a los animales. (Lea: No es lo mismo identificar que trazar ganado)
"Hay casos en los que al bovino se le pudre la oreja e incluso la pierde porque la infección es muy grande. Solo con eso, a nivel estético el ejemplar queda totalmente desvalorizado. Yo viví la experiencia en mi finca y solo podía sentir compasión por esa criatura", relató.