Mientras la Procuraduría General de la Nación indaga sobre la preparación de las autoridades del sector agro y las Corporaciones Autónomas Regionales para enfrentar el Fenómeno del Niño, los ganaderos del Cesar y Magdalena lamentan la muerte de su ganado debido a la escasez de agua. Esta situación pone en relieve la necesidad de una respuesta efectiva y coordinada ante eventos climáticos extremos.

La Procuraduría, bajo el liderazgo de la procuradora Margarita Cabello, ha solicitado informes detallados al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, la Agencia de Desarrollo Rural y las Corporaciones Regionales Ambientales. Estos informes deben explicar las acciones preventivas implementadas para evitar desabastecimientos de agua y energía, así como las estrategias alineadas con el 'Plan del Sector Agropecuario' para enfrentar condiciones climáticas adversas.

Entre las acciones que la Procuraduría espera conocer se encuentran las medidas de mitigación en comunidades dispersas, el abastecimiento de agua para tareas agrícolas, y el funcionamiento del Puesto de Mando Unificado para controlar el uso del agua en el sector agrícola y prevenir incendios forestales. Además, se busca evaluar el estado actual de los municipios en alerta por disminución de precipitaciones y déficit de lluvias.

En paralelo, la preocupación de los ganaderos del Cesar y Magdalena es palpable. La escasez de agua en los arroyos ha convertido los terrenos en desiertos, dejando a los animales sin fuentes de hidratación. En el municipio de Río de Oro, al sur del departamento del Cesar, más de 40 animales han muerto debido a esta situación, según informes de la Asociación de Pequeños Productores. En la finca de Becerril, otro ganadero encontró una vaca muerta por la misma causa.

Los datos son alarmantes: entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, al menos 154 bovinos han muerto en el Cesar, generando pérdidas económicas millonarias. Este escenario se repite en otros departamentos como Sucre, Magdalena y Bolívar, donde la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán) ha reportado un alto número de muertes de ganado.

En Magdalena, específicamente en los corregimientos de Salaminita, Piñuela y Avianca, la situación es crítica. Los habitantes han lanzado un llamado urgente al gobernador Rafael Martínez, compartiendo imágenes que muestran el estado de desnutrición del ganado y las consecuencias mortales de la falta de agua y comida.