Mientras miles de colombianos preparaban con alegría la recepción del año nuevo, 3 hombres armados acababan con la tranquilidad de un ganadero caucano que se negaba a pagar 'vacuna' y a quien a la postre obligaron a abandonar la región.
Las celebraciones de Navidad y fin de año son esperadas en casi todos los rincones del mundo. Muchos aprovechan ese momento para reunirse con sus seres queridos, compartir con amigos y alejarse de todo e irse de vacaciones. Los regalos, las muestras de cariño y la alegría predominan en esa época. (Lea: Pago de extorsiones hace parte de la canasta familiar en Huila y Caquetá)
No obstante, en Cauca, una familia dedicada a la lechería pasó uno de sus momentos más amargos. Las ilusiones de progreso, el trabajo y el esfuerzo de años se fueron al traste. La razón: un grupo de hombres armados que ingresó a su lugar de residencia exigiendo $100 millones, hombres que tiraron por la borda todo lo que Gonzalo Puerta* construyó con sudor y lágrimas.
La historia se la contó a Fernando Londoño en su programa radial La hora de la verdad, una charla de más de 20 minutos en las que su relato desgarrador hizo despertar en muchos una gran solidaridad y en otros el repudio ante este tipo de actos a los que parece nadie está interesado en encontrarle solución.
Todo ocurrió en la madrugada del 2 de diciembre, Gonzalo estaba durmiendo, mientras que uno de sus trabajadores se disponía a empezar la jornada de ordeño de ese martes. (Lea: Informe indica que en diciembre cesó el fuego, pero no la extorsión)
Sobre las 5:15 de la mañana 3 hombres armados y uniformados abordaron al empleado, a quien de entrada le preguntaron por el dueño de la lechería.
-Mi jefe no está-, respondió el empleado.
-Cómo que no está, tráigalo ya o llévenos hasta donde esté, si no lo matamos-, fueron las palabras que vociferó uno de los hombres armados.
Esa amenaza atemorizó al empleado, que acompañado por los 3 hombres llegó hasta la puerta en donde residía don Gonzalo. El ganadero al percatarse del ruido se asomó por la ventana pero solo vio un par de sombras, ingenuamente pensó que el ganado se había salido, por lo que salió a ponerse sus botas e ir a mirar qué estaba pasando. (Lea: La extorsión, un delito que se recrudeció en 2014)
En el momento que iba a salir sonó la puerta, era el empleado quien le manifestó que venía con malas noticias, una vaca había amanecido enferma. Al abrir la puerta fue abordado por los delincuentes que de inmediato le dijeron: “necesitamos $100’ millones”.
“Yo me resistí, les dije que si estaban drogados porque yo no tenía toda esa plata y así la tuviera no se las iba a dar”, contó con la voz entrecortada Puerta, quien aseguró que ante su actitud de no querer hablar con los delincuentes fue golpeado varias veces en el estómago y en su zona inguinal. (Lea: Denuncie la extorsión a través de los canales que ofrece Fedegán)
Luego de varios golpes e improperios lo sentenciaron. "Llame al que se le dé la gana, a la Policía o el Ejército, no nos importa, pero mañana venimos por los $100 millones", vociferaron los criminales esa aterradora mañana de diciembre.
A partir de ahí empezó el vía crucis de Gonzalo Puerta. Habló con las autoridades, les pidió ayuda, pero solo le decían que no había pie de fuerza suficiente para visitar la zona, por lo que era mejor que se fuera por un tiempo, el mismo consejo recibió de un amigo cercano quien le ofreció su vivienda mientras la calma volvía, pero eso no ocurrió. (Lea: Muchos ganaderos prefieren pagar vacuna que denunciar)
“Incluso fui hablar directamente con el ministro de Agricultura, en el marco de los Agroencuentros que se organizaron en Popayán, en ese mismo sitio estaba José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, quien le contó al General Valencia mi caso. Allí, el coronel Herrera se comprometió a enviar un dispositivo de seguridad a la zona, pero hasta el momento no ha pasado nada”, se lamentó el ganadero. (Lea: Ganaderos merecemos igual atención que ‘El Tino': productores en Tuluá)
Ante el poco apoyo gubernamental, don Gonzalo decidió liquidar su lechería, le pagó lo justo a los 3 empleadores que tenía, vendió su ganado, saldó parte de sus obligaciones y salió de su finca dejando atrás muchos años de trabajo, esfuerzo y dedicación.
*Nombre modificado por seguridad.