Actualmente los productores de carne bovina en Colombia, y en particular de la Orinoquia tienen excelentes oportunidades para mejorar la competitividad de sus empresas mediante el uso de bovinos cebú, criollos, europeos y sus cruces.
Así lo manifestó el Investigador PhD Asociado de Agrosavia, Hernando Flórez Díaz, quien indicó que esto también se logra con un manejo de alimentación que garantice menor tiempo de ceba, mayor rendimiento en cortes de carne y carne con mejor terneza y composición.
Además, se deben mejorar los estándares de manejo de los bovinos y el transporte previo al sacrificio para disminuir las pérdidas en rendimiento y calidad de la carne.
En la Orinoquia los sistemas de producción están basados en el pastoreo y eso tiene un problema asociado con la degradación de las praderas, sostuvo el Investigador. (Lea: Ganso, proyecto para promover la sostenibilidad ganadera en la Orinoquía)
De acuerdo con lo expuesto por el profesional, se estima que más de 50 % de estas áreas de pastoreo tienen algún nivel de degradación y eso se refleja en dos aspectos principalmente, por un lado la baja calidad y disponibilidad del forraje; y por otro lado la baja producción por animal y por hectárea.
Se puede tener una disponibilidad de forraje por debajo de 700 kilogramos lo cual trae como consecuencia baja calidad y se refleja en baja ganancia diaria de peso y producción de carne o leche por hectárea. Es una situación que impacta todo el sistema de producción, dijo.
Además los productores se enfrentan a situaciones ambientales que se suceden año a año como es la época seca en la región que puede ir entre 4 y 6 meses dependiendo de la zona y que también se manifiesta en una reducción en la disponibilidad y calidad del forraje.
Si a ello se suma el estrés hídrico y el calórico que se presenta en esa época la situación para los animales se complica porque hay disminución en la ganancia de peso y en la producción de carne y leche por hectárea. (Lea: Orinoquía registra alta mortalidad de bovinos debido al invierno)
Además, en los últimos años se han presentado cambios en las precipitaciones y para los próximos años se esperan cambios fuertes en las lluvias como en el incremento de la temperatura.
El departamento del Meta, por ejemplo, tiene proyectado un incremento de la temperatura, al final de este siglo, de 2,4 grados centígrados si la situación continúa como hasta ahora y en la Orinoquia en general se esperan reducciones en las precipitaciones.
Cuando se habla de la calidad de la carne hay que ver cuáles son los principales limitantes asociados a la cadena cárnica en Colombia en general y que están relacionados con lo que se observa en la Orinoquia, señaló.
Por un lado, se tiene una elevada edad al sacrificio, lo cual trae como consecuencia baja calidad de canales y de los cortes de carne. Además, los ganaderos se enfrentan a elevados costos de producción.
La cadena cárnica tiene varios limitantes entre los que se destacan los sistemas de comercialización (alto nivel de intermediación) y el transporte que es el eslabón que une la cadena de producción desde la finca hasta los sitios de faenamiento. Hay animales que recorren largas distancias con mermas importantes. (Lea: Carga animal aumentó 400 % en la Orinoquía colombiana)
El mercado no está orientado a satisfacer las necesidades del consumidor. No hay un adecuado encadenamiento.
Por eso, indicó, desde Agrosavia se ha venido trabajando en fortalecer esta cadena cárnica y esa labor se orienta en contribuir a llenar las expectativas futuras del mercado nacional e internacional de la carne promoviendo un producto diferenciado, obtenido bajo condiciones tropicales, con base en el uso de bovinos cebú, criollos, europeos y sus cruces.
Además, bajo pastoreo y suplementación estratégica, con condiciones que privilegian el bienestar animal, la sostenibilidad y la salud de los consumidores. Se debe tener en cuenta que la cadena cárnica debe ir orientada a agregar valor en cada uno de sus eslabones para ser más eficiente.
El hato bovino nacional es de alrededor de 28 millones de cabezas con cerca de 656 mil predios de los cuales el 82 % tienen hasta 50 cabezas. En el caso de la Orinoquia reúne el 20 % del inventario nacional en 48.500 predios, de los cuales el 57 % tiene menos de 50 cabezas
Entre las alternativas propuestas para mejorar la calidad de la carne bovina en la Orinoquia se plantea el uso de tecnología para la recuperación y el manejo de praderas; sistemas integrados de cultivos, forrajes y forestales para el desarrollo de una ganadería competitiva. (Lea: Grave sequía tiene en jaque a los productores en varias regiones del país)
Tecnología adecuada para el establecimiento y la renovación de praderas a partir de sabana nativa o de praderas degradadas.
Sistemas integrados (cultivos, forrajes, ganado, árboles), con productos como maíz y soya para mejorar las praderas incrementando la cantidad y calidad del forraje y la carga animal.
Otros cultivos para alimentación animal son el sorgo dulce y la caña de azúcar, así como pastos de corte todo para ensilaje para época seca. En combinaciones de ensilaje de maíz y soya se ha obtenido una producción entre 25 y 30 toneladas por hectárea con proteína cruda entre 11 y 13 % por el aporte de la soya a la calidad. En el caso del sorgo forrajero se logran entre 40 y 48 toneladas por hectárea y proteína del 7 %.
En fincas de la altillanura se ha logrado consumo de hasta 20 kilos por animal al día y ganancias de peso entre 500 y 600 gramos por animal/día. Se logra pasar esa época difícil como son los meses de febrero y marzo. (Lea: 15,9 % del suelo de la Orinoquia puede soportar la presencia del ganado)
Cuando se tiene la recuperación de las praderas, la inclusión de árboles y cultivos conservados se puede obtener, en el primer año de implementación de estas prácticas, carga de 4 animales por hectárea, ganancia diaria de peso de 700 gramos por animal/día y una productividad de carne de 800 kilogramos/hectárea/año. Después del primer año la pradera sigue siendo productiva pero no en la misma magnitud.