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Foto: estilotaurino.blogspot.com.co.

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Estos fueron los logros del ganadero José Joaquín Quintero

por: - 31 de Diciembre 1969

El productor falleció a los 85 años el pasado sábado 16 de enero. Fue reconocido por sus aportes al sector pecuario, taurino y equino a lo largo de 60 años de carrera.

El productor falleció a los 85 años el pasado sábado 16 de enero. Fue reconocido por sus aportes al sector pecuario, taurino y equino a lo largo de 60 años de carrera.   José Joaquín Quintero nació el 20 de agosto de 1929 en El Cocuy, Boyacá, y fue el cuarto hijo de 8 hermanos. Cuando cumplió 12 años, su padre se trasladó al corregimiento de Anaime, en Cajamarca, Tolima, por cuestiones de negocio. Mientras que sus hermanos estudiaron, Quintero se dedicó a ayudar a su padre en la finca.   “Desde Cundinamarca, su padre y él trajeron las primeras cepas de ganado normando para el cañón de Anaime, y como las tecnologías eran muy precarias en Tolima en esa época, trajeron todo ese conocimiento para mejorar pastos y mejorar el ganado”, manifestó Jacobo Botero Ocampo, ganadero de Quindío y amigo de Quintero.   Durante los años 50, el ganadero estaba entre la comitiva que recibió al experto en ganado Normando, Claude Dupuy, a quien le compró terneros nacidos en Francia. Además, incursionó en la transferencia de embriones y en las primeras inseminaciones artificiales, por lo que se convirtió en proveedor de material genético para la región Andina.   Quintero fue gran amigo del matador José Humberto Eslava Cáceres, más conocido como Pepe Cáceres. Rápidamente se hicieron socios, e iniciaron una ganadería en Anaime de toros importados de España. (Lea: Empezó la temporada taurina en Colombia)   “Junto con Pepe Cáceres, pudieron experimentar uno de los primeros ensayos de Normando F1 cruzado con Brahman. Ellos hicieron los primeros pinos en adaptación de razas lecheras F1 en el trópico”, indicó Botero.   A mediados del siglo XX, los dueños de las minas de oro en Cajamarca fueron los primeros compradores de los caballos más sobresalientes. Esto permitió que se desarrollara una afición por los equinos en la zona.   “Don Joaco”, como le llamaban sus amigos, se hizo dueño de los caballos más famosos que hubo en Colombia, como Fantasma y Peralta. Así fue como conoció el mundo equino y las cualidades de las mejores razas. (Lea: La chalanería, un deporte que toma fuerza en Colombia)   “En una feria de Girardot en los años 60, don José Mejía le vende a Ricardo Gaitán y a don José Joaquín Quintero, el caballo Don Danilo, que es el pilar de la caballada colombiano. Ellos lo convirtieron en el gran exponente nacional y se volvió el símbolo del caballo de Colombia”, contó el ganadero.   Por la misma época, en una de las primeras ferias equinas de Armenia, varios amigos le propusieron a Quintero y a Armando Botero ser jueces. Aunque él se rehusó al principio, decidió incursionar como árbitro. Desde ese momento, se convirtió en un reconocido experto de caballos a nivel nacional.   “Ese fue el salto para convertirse en el juez más importante que tuvo Colombia, en juzgamiento de caballo criollo colombiano y otras razas. En 1985, en San Juan de Puerto Rico, fue declarado como el primer juez mundial de paso fino, y participó en exposiciones de Estados Unidos, Ecuador, Panamá, Venezuela, Aruba y Curazao”, señaló Jacobo Botero.   “Don Joaco” fue juez hasta finales de los años 80, cuando por cuestiones de seguridad, decidió retirarse debido a que varios colegas fueron heridos o asesinados por los fallos que proferían en las ferias. (Lea: Proyecto de ley favorecerá al caballo criollo colombiano)   A finales de los 90, fue pionero en la implementación de la equinoterapia para tratar a niños y adultos con parálisis cerebral o síndrome de Down, e incluso para soldados que resultaron heridos en combate. Asimismo, contribuyó a la conservación del páramo de Anaime, en un trabajo en conjunto con la fundación Semillas de Agua.   “Él siempre llegaba a sitios con sombrero y su poncho. Y por ejemplo, su última montada a caballo la hizo el día jueves en compañía mía, en donde vigorosamente montó con esa elegancia y ese respeto que impartía, dándose su último paseo a caballo”, relató conmovido Botero.   José Joaquín Quintero falleció el sábado 16 de enero en Armenia, en donde fue sepultado.