Este diario consultó con ganaderos y dirigentes de los departamentos cobijados con la medida sanitaria, con el objetivo de conocer su situación actual. Piden que el Gobierno cumpla con sus promesas y les dé soluciones en materia económica. El drama de Yacopí Una vez Colombia recuperó su estatus de país libre de fiebre aftosa con vacunación y fue declarada la zona de contención para garantizar la salud animal del sector pecuario, al Gobierno parece habérsele olvidado las consecuencias que dejó la enfermedad en departamentos como Arauca, Casanare, Cundinamarca y Boyacá. (Lea: Ofrecimientos del ministro Iragorri en Yacopí y Caparrapí se quedaron en palabras) Este diario ha estado al tanto de los productores de las regiones afectadas, pero sin duda la situación más crítica la viven los pequeños empresarios de Yacopí. Allí, fuentes consultadas por CONtexto ganadero, aseveran que el panorama con el pasar del tiempo es cada vez más complejo. El precio de la leche tiende a caer, el ganado gordo lo pagan cada vez más barato, deben comprar la carne más costosa y las promesas hechas por el Ministerio de Agricultura solo fueron cumplidas parcialmente. Un productor de la región, quien prefirió no reverlar su nombre por seguridad, aseveró que la situación es cada vez peor y dio a conocer los precios que reciben por sus materias primas. (Lea: ¿Qué sigue para Yacopí tras el brote de Aftosa?) El litro de leche lo pagan a $800, pero como no pueden comercializar leche líquida, la usan para cuajarla y posteriormente elaborar quesos. La libra de carne vale cerca de $7.000 porque como no es posible sacrificar en el municipio, deben traerla de poblaciones cercanas y el kilo de ganado gordo para la venta oscila entre $2.800 y $3.500. “Una vaca gorda la pagan entre $700 mil y millón y eso que casi nos toca rogar para que lo hagan. Así todo es más complicado”, sostuvo. Agregó que el principal inconveniente que dejó la enfermedad y las medidas posteriores fue el cierre de la plaza de venta de ganado, pues esa era la alternativa para que más productores se abastecieran de semovientes, pero al estar clausurada, son pocos los empresarios que se acercan a comprar. (Lea: Ganaderos de Yacopí, revelan su crítica situación ante la cuarentena) Por esa razón, lo único que se vende en Yacopí se destina para consumo interno, que debe hacer largos desplazamientos hasta otras zonas para el sacrificio. “Los pequeños ganaderos ya están quebrando porque no hay plata para el funcionamiento de la finca, esa es nuestra triste realidad”, remató. En la zona piden al Ministerio de Agricultura no olvidar lo prometido el año anterior antes de que la catástrofe económica sea aún mayor. (Lea: Queseros de Yacopí piden que el gobierno cumpla su promesa) Las promesas inclumplidas en Boyacá Sin titubeos y mucha sinceridad, Víctor Manuel Fajardo, presidente de la Federación de Ganaderos de Boyacá, Fabegán, hizo una completa radiografía de la situación que vive el sector en esa zona del país por cuenta de la zona de contención decretada tras el brote de fiebre aftosa del año anterior. (Lea: En Boyacá preocupa efectos de la zona de contención) Para el dirigente, los departamentos, especialmente Cundinamarca y Boyacá, se han visto afectados pese a que de tiempo atrás se había previsto esa situación. Agregó que hay unos movimientos que naturalmente se dan en el comercio de varias especies –por supuesto la bovina es la más importante– pero en el tema de caprino, ovino y porcícola son actividades que antes de que se declarara la zona de contención generaban recursos y hoy no lo están haciendo. Producto de ello, ganados que tenían como destino zonas de Boyacá, Cundinamarca, el Eje Cafetero, los Santanderes y Antioquia, actualmente no se está haciendo ese comercio y eso claramente ha incidido en que el precio del ganado haya tendido a estar ligeramente a la baja. “Nosotros hicimos una solicitud al ICA y al Ministerio de Agricultura para mirar de qué manera la región pueda ser compensada. El gremio realizó una propuesta en el marco de una reunión que se hizo en la Gobernación de Boyacá con presencia del mandatario departamental y el gerente general de la autoridad sanitaria, en donde se propuso que fueran invertidos unos recursos en Cundinamarca y Boyacá para efecto ampliar las zonas libres de brucelosis y tuberculosis”, explicó el dirigente. (Lea: ICA declara en zona de contención a Arauca, Casanare, Boyacá y Cundinamarca) Detalló que la propuesta buscaba que la zona norte del departamento que es libre de esas 2 enfermedades, fuera ampliada, lo que eventualmente mejoraría la economía ganadera golpeada por la zona de contención. Sin embargo y hasta el momento, Fabegán no ha recibido ninguna respuesta por parte de las 2 entidades y tampoco saben cuál va a ser el episodio final de la zona de contención, ya que no hay claridad hasta cuándo va a mantenerse esa condición. “Eso siempre y cuando no se vaya a presentar ningún brote en los departamentos de frontera porque cualquier inconveniente que llegue a ocurrir, la medida que nos cubre actualmente se aplace por tiempo indefinido”, amplió Fajardo. (Lea: Ganaderos de Boyacá advierten impactos negativos de la zona de contención de la FA) El dirigente le pidió al gobernador de Boyacá, no olvidar su compromiso de abordar a los ministros de Agricultura y Hacienda con el fin de que se pudieran apropiar unos recursos para invertir en los departamentos, pero hasta la fecha no se ve ningún tipo de iniciativa. Indiferencia en Norte de Santander Hace más de un mes, el gremio remitió una carta al titular de la cartera agropecuaria, Juan Guillermo Zuluaga, hablando sobre las dificultades de los productores debido a las restricciones que tienen para movilizar ganados o carne al interior del país. Sin embargo, José Helí Soto, presidente del Coganor, reveló que hasta el momento no han tenido respuesta del funcionario, a pesar de que la situación se está agravando con el paso de los días. (Lea: Norte de Santander vive “catástrofe” por no poder comercializar ganados) “Estamos totalmente bloqueados para sacar animales del departamento, pero sí nos entra mucho ganado de contrabando. Ya tenemos un diferencial de precios con nuestros vecinos en Bucaramanga de $700 a $1.000, el de Venezuela es mucho mayor”, precisó el dirigente. Debido a que el comercio de ganados gordos está represado, no hay interés en adquirir terneros de levante, por lo cual el ciclo de producción está estancado por completo. Así pues, el productor se enfrenta a 2 opciones: quedarse con sus animales o vender barato, perdiendo dinero. Antes, como explicó Soto, los ganaderos habían obtenido permiso para vender ganados a 2 frigoríficos en Santander, sacar carne en canal para el interior o comercializar ejemplares para mejoramiento genético. (Lea: Zona de contención preocupa en Norte de Santander) Sin embargo, tras el foco de aftosa que se presentó en un predio de San Faustino, corregimiento de Cúcuta, el ICA implementó medidas como la cuarentena y la zona de contención que perjudicaron a los ganaderos de Norte de Santander. En diciembre del año pasado, representantes de Coganor se reunieron con el ministro para solicitar apoyo del Gobierno para afrontar la crisis. Como lo manifestó su presidente, ellos necesitan más ayuda por estar en la frontera. “Le pedimos al ministro que nos den algunas compensaciones, porque entendemos que la zona de protección es una medida de la OIE, pero nos dejaron todo el costo a los ganaderos”, aseguró. (Lea: ICA no cumple compromisos a ganaderos de Norte de Santander) Panorama favorable en Casanare La medida sanitaria solo cobijó 2 municipios: Sácama y La Salina. Ambos tienen poca presencia de semovientes, por lo que la actividad no se ha visto afectada a comparación de los otros departamentos en los que hay costantes restricciones. Una vez fue dada a conocer la medida y de acuerdo con Daniel Salamanca, director ejecutivo del Comité Regional de Ganaderos de Yopal, los productores de Arauca pretendían que se tuvieran en cuenta 2 municipios adicionales que eran Hato Corozal y Paz de Ariporo. Salamanca aseveró que esa idea no fue bien recibida en su momento, ya que las 2 poblaciones suman cerca del 40 % del hato bovino del departamento, por lo que los daños hubieran sido muy graves, perjudicando incluso al municipio de Aguazul. (Lea: En Boyacá preocupa efectos de la zona de contención) “De haberse aprobado esa propuesta nos hubiéramos quedado sin las 2 subastas que operan en Casanare, ambas son esenciales para el comercio de los animales”, indicó. Para conjurar que esa iniciativa fuera bien recibida y se viera afectada la ganadería casanareña, el mandatario departamental de la mano de los dirigentes de los diversos gremios, estuvieron reunidos con el ministro de Agricultura, en donde fijaron una posición rechazando tal propuesta. El argumento de los ganaderos araucanos se sustentaba en poder movilizar al menos 25 mil animales que estaban represados, pero entre Hato Corozal y Paz de Ariporo se mueven más de 150 mil cabezas, por lo que la cifra era mínima y si generaba graves perjuicios. (Lea: Ganaderos están a favor y en contra de la zona de contención) “Nosotros estamos trabajando fuertemente para evitar un nuevo brote, vacunando y fortaleciendo la situación. Igual creemos que lo más importante es robustecer las acciones contra el contrabando que es lo que sigue generando riesgo para nosotros”, remató. Mejoría en Arauca Pese a eso, la resolución emitida por el ICA configuró un cordón que incluyó otros departamentos como Arauca, Boyacá y Cundinamarca, lo que les permite a los ganaderos araucanos enviar animales a Bogotá que tienen como destino sacrificio. Para Edmon Gutiérrez, empresario y exdirigente del Comité de Ganaderos de Tame, el hecho de que los cebadores pudieran enviar animales en pie para beneficio a la capital del país fue una ‘luz en el camino’, pues así pudieron volver a vender animales. “Hasta ahí, todos los cebadores vimos una luz porque pudimos mover nuestros ganados y así generar los ingresos de ese negocio. El problema lo están viviendo aquellos productores cuyas reses no tienen como destino la ceba sino el levante, porque en Arauca si se comercializa ese tipo de animal, pero la mayoría se vende al Casanare y al Meta”, precisó. (Lea: Conozca los procedimientos que se deben seguir en la zona de contención) Agregó que la ruta de la zona de contención no es posible enviar semovientes a esos departamentos, por lo que si hay un problema de comercialización y quienes se están viendo afectados son los criadores o quienes levantan reses. Para el empresario hasta el momento no es posible estimar las pérdidas, pero cuando empiecen las primeras lluvias se podrá saber cuánto ganado se dejó de vender, y la reducción del precio por la acumulación de animales. “En Tame fuimos los que primero recibimos la crisis, pero también logramos salir más rápido de esa situación, ya que esta es una zona dedicada a los ceba por excelencia. Sin embargo, el dinero que ha ido entrando viene siendo utilizado para cancelar las obligaciones”, explicó Gutiérrez. (Lea: ICA declara en zona de contención a Arauca, Casanare, Boyacá y Cundinamarca) El empresario recordó que por cuenta de la aftosa, muchos productores que tenían ganado gordo y no pudieron venderlo, tuvieron que mantenerlo en la finca. Eso generó atrasos y fue necesario volver a engordar a los animales, además al haber tanto animal, los productores no pudieron hacer el mantenimiento adecuado. Añadió que nunca quedó claro qué fue lo que pasó en Tame. Las instituciones que estaban al frente de eso no dieron claridad al respecto, todos dijeron que el brote venía de Venezuela, pero ninguno de los jefes revelaron un informe con todos los parámetros, indicadores y soluciones frente al tema de la aftosa, basado en cuál fue el problema. “Era muy fácil decir que el brote venía de Venezuela, pero no hubo un informe concluyente y a partir de él establecer las medidas pertinentes. Lastimosamente no lo hubo”, remató. (Lea: En Boyacá preocupa efectos de la zona de contención)