El reclutamiento, uso y utilización de niñas, niños y adolescentes en el marco del conflicto armado es un delito persistente, continuo y en aumento, que necesita ser atendido con urgencia para garantizar la protección de la niñez, prevenir nuevos reclutamientos, y asegurar la salida y el restablecimiento de derechos de aquellos aún bajo el control de grupos armados ilegales.
Esta es una de las principales conclusiones del Estudio de caracterización de niñez desvinculada del conflicto armado entre 2013 y 2022.pdf) presentado en Bogotá por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el cual analizó la** situación de 2.181 niños, niñas y adolescentes víctimas de reclutamiento, atendidos por el Programa de Atención Especializada del ICBF entre 2013 y 2022**.
Estas cifras, señala el estudio, no son una expresión de la magnitud del reclutamiento, pero sí permiten hacer una caracterización que aborda causas, perfiles y condiciones de vinculación a los grupos, para proponer políticas públicas que atiendan la situación.
Farc registra 877 casos de reclutamiento de menores y el ELN 587
Del total de niñas, niños, adolescentes y jóvenes atendidos en el programa del ICBF durante el período de análisis, 877 (40,2 %) fueron reclutados por las FARC-EP, 587 (26,9 %) por el ELN, 406 (18,6 %) por GAOr, 118 (5,4 %) por el Clan del Golfo o AGC, 68 (3,1 %) por establecer, 46 (2,1 %) por Bandas Criminales, 44 (2 %) por Los Caparros, 24 (1,1 %) por el Ejército Popular de Liberación y 11 (0,5 %) por Los Pelusos.
Las Bacrim y el Clan del Golfo se caracterizan por tener una mayor proporción de hombres (más del 80 %) mientras que grupos como las FARC, ELN, EPL y GAOr tienen una participación más importante de niñas y adolescentes mujeres con porcentajes entre el 30 % y el 40 %.
Se destaca que, dentro del conjunto de niñas, niños, adolescentes y jóvenes reclutados por el ELN, los que pertenecen a grupos étnicos representan el 45 %, mientras que en grupos como las FARC y el Clan del Golfo esta proporción es de alrededor del 35 %, para las Bacrim de un 24 % y Los Caparros de 4,5 %.
El tiempo de permanencia promedio es de 21 meses, con una ligera diferencia entre hombres (632 días) y las mujeres (642 días). Quienes fueron reclutados por Los Caparros y el EPL no superan el año de permanencia, mientras los reclutados por Los Pelusos, el Clan del Golfo - AGC, las GAOr, BACRIM y el ELN, en promedio, superan el año. Por último, en las FARC superan los dos años de permanencia en el grupo.
La edad promedio de desvinculación de los grupos armados es de 15,7 años. Se evidencia una edad promedio de desvinculación mayor en los hombres (16 años) respecto de las mujeres (15,5). El 11,4 % se desvincularon a los 14 años, el 19,7 % a los 15 años, el 26 % a los 16 años y el 34,3 % a los 17 años; siendo esta última la edad de desvinculación más frecuente.
El reclutamiento es forzado
“Todo reclutamiento de niñas, niños y adolescentes por parte de un grupo armado es forzado. La niñez reclutada por grupos armados ilegales sufre graves vulneraciones a sus derechos y son siempre víctimas. Ni una sola niña o niño debería ser reclutado o usado para la guerra y todos los grupos armados deberían liberar de inmediato a aquellos que tienen en sus filas”, aseguró Astrid Cáceres, directora general del ICBF.
Consolidar entornos protectores, ayudará a prevenir el aumento del reclutamiento
La representante de UNICEF en Colombia, Tanya Chapuisat, resaltó que cuando no hay garantía de los derechos básicos para los niños, niñas y adolescentes -como acceso a la educación, protección, salud, recreación o a vivir con sus familias y en hogares sin violencia-, aumenta su vulnerabilidad y el riesgo de ser reclutados o utilizados por los grupos armados organizados.
“Las niñas y niños deben estar en sus colegios, jugando, aprendiendo y en entornos protectores con sus familias, jamás en la guerra: garantizar el acceso a derechos a la niñez más vulnerable que habita principalmente las zonas rurales y urbanas con presencia de grupos armados ilegales y fomentar la consolidación de estos entornos protectores, son necesidades sentidas, abordarlas ayudará a prevenir que el reclutamiento, uso y utilización sigan en aumento”, aseguró Chapuisat.
.