Aunque muchos no lo creen, se dice que en el norte del departamento hay presencia de esta variedad de semoviente que habría sobrevivido a uno de los veranos más intensos que se haya presentado en suelo guajiro. La escena era repetida: tierra seca y agrietada, cielo azul claro y un sol brillante. Esa fue la escena que acompañó a los ganaderos guajiros durante muchos meses. El fenómeno de El Niño que vivió el país hasta este año puso contra las cuerdas el sistema productivo de La Guajira, pues la ausencia de agua llevó a los empresarios a buscarla hasta debajo de las piedras y cavar pozos para tener acceso a unas pocas gotas. (Lea: Cifras demuestran que ganado criollo produce rentabilidad y ahorro) De nada valieron los rezos, las peticiones y las ofrendas, pues las lluvias fueron mínimas y esporádicas y solo aumentaban el calor, la humedad y las ganas de más líquido. Eso golpeó fuertemente a los ganaderos, quienes veían como día tras días era más complicado conseguir comida y mantener en buena condición corporal a los ejemplares. Sin embargo y como por arte de magia, en la Alta Guajira y en donde solo proliferan poblaciones indígenas, se han avistado unos bovinos de pelo corto, cuernos y aspecto salvaje, que habrían sobrevivido a dichas condiciones extremas y que ya estarían adaptados al desierto. Es conocido como el ganado criollo Campuzano y se trata de unos ejemplares que ingresaron al país por La Guajira a través de la denominada ruta conquistadora (Riohacha, Valledupar, El Paso y Cesar). Según Marino Valderrama, médico veterinario y ganadero que conoce las condiciones de estas especies y ha escrito varios artículos al respecto, son de un temperamento dócil, resistente, productores de leche, de mucha mansedumbre, longevidad y gran habilidad materna. (Lea: Un bovino criollo campeón es impecable de cabeza a pezuñas) “Emilio Pinzón contó en un libro del Banco Ganadero la existencia del bovino, el cual pertenecía a unas señoritas de apellido Campuzano ubicadas en La Guajira, esa es la historia que se conoce”, aseveró el autor, quien agregó que su principal característica es el pelo, miembro y orejas cortas son las que les permiten desplazarse por grandes extensiones en búsqueda de agua. El experto reveló que una de las cualidades y razones para que el animal sobreviva a las condiciones extremas de La Guajira es que es capaz de alimentarse de ramas de trupillo y dividivi, 2 especies típicas de la zona, así como con cactus. Además resaltó que al ser un animal de tamaño mediano y tan adaptado al medio, puede jugar un papel especial en la seguridad alimentaria de las comunidades indígenas que habitan la Alta Guajira. (Lea: En Bolívar y Córdoba le apuestan al ganado criollo) “Sería importante que una expedición de expertos viaje hasta esa zona y se guarden muestras genéticas de los Campuzano en los bancos de germoplasma que tiene Corpoica, eso permitirá preservar una especie que es ancestral”, recomendó. Actualmente se cree que hay unas 100 cabezas en todo el norte del departamento.